Sobre el cráter que se abrió el jueves en el carril izquierdo de ascenso de la avenida Las Palmas (k.m. 1), Diana Montoya, secretaria de Medio Ambiente, señaló ayer que la dependencia, el despacho de Movilidad y el Dagrd avanzan en la rehabilitación de la socavación registrada después del acceso que conduce a la Loma del Indio.
La vía, según la secretaría de Movilidad, seguirá cerrada a la altura del centro comercial San Diego. En el punto solo se permitirá el ascenso a quienes viajen, directamente, hacia la Loma del Indio. Pese a habilitar un contraflujo, sobre el viaducto, la secretaría recomendó a los usuarios que tomen los desvíos (ver Para saber más), pues el paso se puede cerrar en cualquier momento, debido a las mediciones en el lugar y a los trancones.
A la socavación del jueves, se sumó ayer un deslizamiento de tierra en la vía de descenso hacia Medellín, a la altura de Carulla, por lo que esta, agregó la dependencia, pasó a operar a un solo carril.
Primeras hipótesis
Respecto a la socavación del ascenso, que corresponde a un hundimiento progresivo del terreno, el despacho de Ambiente explicó que el alza en las precipitaciones y la obstrucción del cauce de la quebrada El Indio generaron la subsidencia en la carrera 38 N° 26 -257.
Sobre el taponamiento del agua, Montoya apuntó que un lleno ilegal que hizo un privado en el sector, hace más de 30 años, hoy pasa factura. La hipótesis, sostuvo, es que una lámina de concreto de cerca de 14 metros lineales es lo que está interrumpiendo el flujo natural de la quebrada.
“Este afectó la obra hidráulica que permitía que la quebrada El Indio, luego de pasar por un box culvert, fluyera por una tubería de más o menos un metro de diámetro. Esta, posiblemente, hoy haya sufrido un fraccionamiento que está generando una obstaculización del flujo”, afirmó.
Una alerta que no es nueva
Oswaldo Ordóñez, geólogo y profesor de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, explicó que la vía tiene muchos problemas de inestabilidad porque la ciudad, al crecer, no respetó los espacios de las quebradas.
En el sector, describió, hay un drenaje que recoge aguas de toda la zona. Además, una parte de estas fueron cubiertas, lo que impulsa a la quebrada a una erosión remontante, es decir, esta “quiere comerse la montaña, y comenzó a atacar la parte baja”, explicó.
Johel Moreno, expresidente de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos (SAI), agregó que la vía enfrenta amenazas de derrumbes y fallas por causa de la cantidad de automóviles que la recorren a diario, en la ruta Aburrá-Oriente. La vía, que utilizan 22.000 vehículos, en palabras de Moreno, “debería ser atendida con mayor diligencia”.
Dijo que, además de una valorización nueva de los puntos críticos, será necesaria la construcción de terrazas, para disminuir la presión activa del empuje del suelo. Y añadió: “Las vías se ponen a prueba cuando aparecen los inviernos. Hay que diseñarlas para condiciones severas”.
Ordóñez acotó que el fenómeno, con atención oportuna, puede ser manejable. Su solución arranca desde la parte baja, construyendo gaviones escalonados. Una vez hecho esto, se encausan las aguas de drenaje de la zona, y se inicia un proceso de amarre de terreno, con siembra de guadua y bambú.
Lo que se ha hecho
El despacho de Ambiente sostuvo que desde 2020 le ha hecho seguimiento al sector. Tras declarar la Urgencia Manifiesta, se demolió un gimnasio debido a un fenómeno similar. También se ha trabajado en la limpieza del cauce y en excavaciones a 8 metros de profundidad para localizar la obstrucción.
“Vamos a dar prioridad a la habilitación de la vía, construyendo la obra de conducción a través de la Urgencia Manifiesta”, declaró Montoya. También se le hará seguimiento a la quebrada y a los movimientos del puente, para evitar un posible colapso, concluyó
8
metros de profundidad registran las exploraciones para hallar el taponamiento.