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Primer avión eléctrico del país es made in Medellín: ¿cómo se hizo?

Es la primera aeronave de su tipo fabricada en el país. La próxima semana inicia pruebas de vuelo.

  • El avión eléctrico se terminó de ensamblar hace una semana y se vienen realizado pruebas de carreteo en la cancha de fútbol del Pascual Bravo, donde ha llamado la atención de toda la comunidad universitaria. FOTO Edwin Bustamante
    El avión eléctrico se terminó de ensamblar hace una semana y se vienen realizado pruebas de carreteo en la cancha de fútbol del Pascual Bravo, donde ha llamado la atención de toda la comunidad universitaria. FOTO Edwin Bustamante
  • FOTO EDWIN BUSTAMANTE
    FOTO EDWIN BUSTAMANTE
  • FOTO EDWIN BUSTAMANTE
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27 de julio de 2021
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Contemplar el Cóndor Pascualino es evocar el Wright Flyer, aquel invento con el que los hermanos Wilbur y Orville Wright surcaron los cielos en 1903, convirtiéndose en los pioneros de la industria de la aviación.

Casi cien años y un sinnúmero de invenciones después de aquel histórico primer vuelo controlado realizado en Estados Unidos, un grupo de antioqueños, liderados por el docente José Alejandro Posada, construyeron en las aulas de la Institución Universitaria Pascual Bravo una aeronave con la que buscan, al igual que los hermanos Wright, ser pioneros de la aviación con energías limpias en el país y así aportar a la disminución del impacto ambiental de esta industria, que es responsable del 2 % de las emisiones antropogénicas que generan el cambio climático en el mundo.

Tras casi diez años dedicados a investigación, diseño y construcción, un grupo de 12 docentes y cerca de 25 estudiantes de semilleros de investigación, hicieron tangible el Cóndor Pascualino, que de acuerdo con el docente líder, es el primer avión eléctrico fabricado en Colombia.

La idea, que rondaba la cabeza de Posada, aterrizó en 2010 tras una inspiradora charla en el Festival Aéreo de Oshkosh (Wisconsin, EE. UU.) con Mar Bertrand Piccard, el hombre que ese mismo año le dio la vuelta al planeta en el Solar Impulse, el primer avión tripulado en volar solo con energía solar.

“Su mensaje era que si él fue capaz de darle la vuelta al mundo sin gastar una gota de gasolina, cualquier actividad de la vida diaria se podía hacer sin usar combustibles fósiles. Eso me motivó mucho y de ahí regreso al país, me vinculo al Pascual y recibo el respaldo para llevar a cabo esta idea que ya es una realidad”, explica el docente, Doctor en Ingeniería Aeroespacial de la Universidad de West Virginia y que además es piloto comercial.

FOTO EDWIN BUSTAMANTE
FOTO EDWIN BUSTAMANTE

Ese fue el impulso para crear una aeronave tipo ultraliviano de 11 metros de ancho y 5.5 m de largo, con capacidad inicial para un solo pasajero, que a su vez será el piloto.

La estructura, que pesa cerca de 60 kilos y puede soportar el peso de una persona de hasta 70 kg, es de aluminio forrado en tela aeronáutica, tiene un tren de aterrizaje tipo triciclo con dos pedales que permiten mover las dos ruedas delanteras, un timón de dirección y el mando central para los alerones, lo que permite direccionarlos. Hasta el momento, la aeronave tiene una autonomía de vuelo de una hora, con lo que se podría cubrir una ruta entre Medellín y Santa Fe de Antioquia.

Además, desde un dispositivo móvil se puede monitorear la batería eléctrica, también construida por los docentes y estudiantes del Pascual, que para una hora de vuelo recibe una carga de 110 voltios AC durante cinco horas.

Estas baterías de ingenio paisa tienen entre 1.200 y 1.500 ciclos de carga, “eso quiere decir que si voláramos todos los días durarían, aproximadamente, de cuatro a cinco años”, comentó Posada.

Víctor Manuel Mejía, estudiante de Ingeniería Mecánica e integrante del semillero que creó el Cóndor Pascualino resaltó la fabricación de la batería como un hito y un aporte a la ingeniería nacional.

“Es lo que más satisfacción me ha generado y creo que a todos. Saber que logramos fabricar el pack de baterías sin la necesidad de tener que acudir a China o importarlo de otro país, ha sido algo que nos permite marcar como una pauta a nivel nacional porque no es fácil hacerlo y lograrlo nos generó mucha alegría”, comentó el estudiante.

Próximo a volar

La aeronave, que hasta el momento solo ha tenido ejercicios de carreteo en la sede de la institución universitaria, empezará con las pruebas de vuelo el próximo 5 de agosto en una pista privada de Bolombolo, corregimiento del municipio de Venecia, en el suroeste del departamento.

Allí, un piloto experto en el manejo de ultralivianos realizará, inicialmente, pruebas de carreteo en la pista. “Él irá incrementando gradualmente la velocidad hasta llegar a 14 metros por segundo que es la velocidad de despegue”, explica el docente Posada.

Cuando se verifique este primer paso, lo siguiente serán los despegues, que se harán a una duración y distancia corta de la pista, que tiene una longitud de 850 metros. El avión solo necesita 66 metros para despegar.

“Después de esto haremos un circuito alrededor de la pista, siempre cercanos a ella para que en caso de que ocurra alguna eventualidad podamos aterrizar de forma segura”, agrega Posada.

FOTO EDWIN BUSTAMANTE
FOTO EDWIN BUSTAMANTE

El objetivo es que el avión se eleve a 1.000 pies; no obstante, la aeronave puede subir hasta 10.000 pies, por encima de esta altura se requeriría oxígeno para el piloto.

Una vez finalicen las pruebas de vuelo, los creadores seguirán trabajando en reforzar la estructura y le apostarán a trabajar en un avión con mayor autonomía de vuelo y capacidad de pasajeros.

“Ha sido muy gratificante ser pioneros en el país; sin embargo, hay muchos obstáculos, pero hay que vencer esas ideas de que aquí no podemos hacer invenciones como estas. Tenemos que creer que somos capaces de hacer estos desarrollos. Hay talento y hay que apoyarlo”, concluyó el docente, que espera ansioso ver al Cóndor Pascualino surcar los aires como el ave que inspiró su nombre.

$80
millones es la inversión en el proyecto, que es financiado por el Pascual y Sapiencia.
El empleo que busca está a un clic

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