Malestar por parte y parte está generando el lote donde otrora estuvo el edificio Space, en El Poblado. Por un lado, los vecinos del predio se quejan por el abandono e inseguridad y, por otro, una parte de los dueños denuncia la apropiación ilegal que propietarios de casas aledañas han hecho del lote.
El conflicto se desató con la construcción que se hizo —desde dos viviendas, una de ellas la del suspendido contralor de Antioquia, Sergio Zuluaga— de un cerco de mallas con electricidad y que iba desde la parte trasera de algunas casas hasta unos 400 metros adentro del terreno, según dijo la administración de este.
Aunque el procedimiento fue notificado a Marco Tulio Zapata, liquidador de Lérida CDO, constructora de Space, por medio de una carta en la que se argumentaba el riesgo de más atracos y miedo ante el descuido por el lote, los señalamientos de abuso no se hicieron esperar y propiciaron que, ayer, los mismos moradores quitaran el cercamiento que les había costado cerca de 8 millones de pesos.
“No se cubrieron verticalmente, sino que se expandieron de forma horizontal perjudicando a los propietarios del lote. Y no solo hizo la cerca, sino que está sembrando árboles”, apuntó y agregó que “no hay derecho que una autoridad como el contralor haga una cosa así”, dijo Zapata.
Para Laura Botero, esposa de Zuluaga y quien remitió la comunicación el pasado 5 de mayo informando sobre el cercamiento, el abandono del lugar está generando un riesgo para las familias.
“No fueron 400 metros los que se cerraron. Y se levantó la cerca porque ante la comunicación (a Zapata) no hubo respuesta”, afirmó y agregó que lo que divide las casas es una reja y del otro lado duermen habitantes de calle, que consumen drogas y tienen relaciones sexuales a la vista de todos.
Botero explicó que la determinación de hacer el cerramiento la tomaron tras tocar las puertas de los dueños del lote de Space, del cual la Alcaldía de Medellín tiene el 21 por ciento, y no tener respuesta.
Relató que en diciembre pasado un grupo de hombres cortó la reja de su casa e ingresó a la vivienda amenazando con armas a sus dos pequeñas hijas y hurtando electrodomésticos y dinero. “Este lote podría estar abandonado por años y decidimos hacer el cerramiento para evitar que el lugar sea un refugio de delincuentes. Fue una medida desesperada para proteger a nuestras familias”, agregó.