viernes
8 y 2
8 y 2
Curiosos, dedicados y soñadores, así se pueden describir a Sebastián León Serna y María Alejandra Botero Botero, quienes a sus 23 años ya pueden decir, con todo orgullo, que son los primeros ingenieros aeroespaciales que se gradúan de una universidad colombiana. Ahora sueñan con grandes proyectos para implementarlos en el país y en el exterior.
Ambos contaron con la suerte de ser los primeros que ingresaron a una carrera que daba sus primeros pasos y en la cual encontraron todo lo que estaban buscando para forjar su futuro, después de pasar por otras ingenierías que, según ellos, se quedaban cortas en sus aspiraciones.
“Cuando terminé el colegio, no existía la carrera en ningún lado y lo más cercano era ingeniería aeronáutica. Sin embargo, sentía que se quedaba un poquito corto con lo que yo verdaderamente quería, que era estudiar todo lo que volara”, manifestó Sebastián, un rionegrero que el próximo 24 de septiembre cumplirá sus 24 años.
Una situación similar vivió María Alejandra, quien llevaba seis semestres de ingeniería mecánica cuando esta carrera apareció en el horizonte. Como era lo que en verdad quería estudiar, sin dejar los conocimientos de la que se encontraba cursando, decidió duplicar esfuerzos y sacar, al tiempo, las dos profesiones adelante.
Y es que en palabras de ambos, con esta carrera, nueva en el país pero con larga trayectoria en Europa y Estados Unidos donde han tenido que ir a estudiar los colombianos que han podido hacerlo, se pueden solucionar problemáticas que repercuten en las cotidianidad de algunas industrias.
“La ingeniería aeroespacial nos permite dar solución a distintas problemáticas como por ejemplo la atención y la respuesta a emergencias como desastres naturales, nos permite mejorar por ejemplo la productividad en el sector agrícola, nos permite incluso mejorar la calidad de vida aquí en la tierra, tener sistemas de telecomunicación”, dijo María Alejandra, quien es oriunda de Abejorral.
Un sueño de sacrificios
Para lograr esta meta, tanto Sebastián como María Alejandra tuvieron que hacer varios sacrificios, que pasaban desde las largas jornadas de estudio y traslados hasta tenerse que alejar de sus familias para poder ser no solo los primeros sino los mejores.
En la única parte que se dicta esta carrera es en la sede de la Universidad de Antioquia, pero no en Medellín sino en la Seccional Oriente, cuya sede queda en El Carmen de Viboral.
Por ello, María Alejandra tuvo que dejar a su familia en Abejorral y vivir donde sus deseos de estudiar la llevaran. Estuvo en Medellín, Rionegro, volvió a Abejorral durante la pandemia y ya está, de vuelta, en Medellín, donde ya realiza la maestría en física aplicada en la Universidad Eafit.
Aunque durante su carrera Sebastián contó con el privilegio de vivir en Rionegro, al lado de su familia, después de obtener su título decidió irse para Estados Unidos para continuar con su maestría en ingeniería aeroespacial en la Embry-Riddle Aeronautical University, en Daytona Beach, Florida.
Con el camino culminado y tras una ceremonia que se realizó el pasado martes, continúa el camino formativo, todo para cumplir con los sueños que tienen cada uno.
Sebastián quiere terminar su maestría y regresar al país para empezar a generar espacios profesionales en Colombia para las futuras generaciones de esta carrera, mientras que María Alejandra sueña con llegar a la Nasa. “Estoy trabajando por ese sueño, espero trabajar por mi país y por Latinoamérica”, dijo.
Le puede interesar: Tres universidades colombianas están entre las mejores de Latinoamérica, ¿cómo le fue a la UdeA?
En las manos de ambos queda la gran responsabilidad de marcar el camino de los primeros profesionales de una de las carreras con mayor proyección en los tiempos recientes, desafío que ambos están dispuestos a asumir y por ello no pararon con su formación.
“Es un orgullo muy grande, pero también una gran responsabilidad de mostrarle al país que la ingeniería aeroespacial sí tiene calidad en la sociedad colombiana y ser un referente para los nuevos egresados que actualmente se van a graduar de esta carrera en el país”, concluyó Sebastián.
Periodista por pasión. Me gusta contar las historias de la ciudad desde todos sus puntos de vista y mostrar lo bueno y lo malo de nuestra realidad.