Con la misma responsabilidad con la que a inicios de marzo se alinearon para ampliar servicios de camas UCI, y establecieron protocolos de atención para pacientes sospechosos de covid-19, voceros de 13 clínicas y hospitales del departamento levantaron la mano para solicitar un salvavidas del Gobierno por los efectos financieros colaterales de la pandemia.
El panorama lo explica con una metáfora Mauricio Tamayo, presidente de San Vicente Fundación, entidad que tiene dos sedes hospitalarias (Medellín y Rionegro) y suma más de 3.000 empleados.
“Los hospitales hoy, no solo los del San Vicente sino de Antioquia y Colombia, somos pacientes en alto riesgo. Entramos a cuidados intensivos y necesitamos sangre, oxígeno y ventilación, de lo contrario nos quedan pocos días de vida”, aseguró.
Esos salvamentos se traducen en dinero. La crisis se deriva de la reducción de servicios a la que se vieron abocados en abril, producto de la pandemia, puesto que rubros importantes como consulta externa, odontología, cirugías electivas y otra serie de programas adicionales se quedaron sin público, porque los pacientes minimizaron las visitas a los centros médicos por el riesgo de contagio de covid-19. El Hospital San Vicente pasó de facturar $40.000 millones en un mes a solo $26.000 millones en abril pasado, y los gastos fueron mayores porque ampliar la capacidad en UCI, preparar al personal y reforzar los equipos de bioseguridad con los que trabajan cada día, cuestan dinero.
Marta Cecilia Ramírez, directora general de la IPS Universitaria, la entidad con mayor cartera en el departamento (ver gráfico), continuó con el símil y aclaró que por la coyuntura las clínicas y hospitales “estamos en paro cardiaco, y cuando un paciente está en ese estado hay que actuar de forma inmediata. Es inminente la necesidad de los recursos de Punto Final y de volver los procesos más expeditos para que esos recursos lleguen”.
El cálculo que hacen las clínicas y hospitales, entre los que se encuentran otros referentes de la región como el Hospital Pablo Tobón, Cardiovid, Clínica UPB o Las Vegas, es que la falta de pacientes se redujo en promedio un 50 %, y el sistema de salud está diseñado para pagar a las IPS solo por los servicios prestados.