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Hace 100 años aterrizó en Medellín el primer avión

Esta es la historia de de la Compañía Colombiana de Navegación Aérea, un quimera que se quebró por los repetidos accidentes de sus aviones.

  • El primer vuelo que llegó a Medellín. FOTO CORTESÍA SALA PATRIMONIAL DE EAFIT
    El primer vuelo que llegó a Medellín. FOTO CORTESÍA SALA PATRIMONIAL DE EAFIT
05 de julio de 2022
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El lunes 24 de julio de 1922 aterrizó en Medellín el avión Goliat, perteneciente a la Compañía Colombiana de Navegación Aérea (CCNA) y que había partido de Barranquilla cinco semanas antes, el 15 de junio. El vuelo lo hizo el capitán italiano Ferruccio Guicciardi, a quien recurrió Guillermo Echavarría Misas, gerente de la Compañía, para que llevara el avión a su destino final, la capital de Antioquia.

El experto piloto, que había hecho vuelos como uno de Quito a Cali y que estaba en Barranquilla, aceptó sin conocer bien la ruta. Según cuenta Echavarría Misas en su libro De la mula al avión, a una hora de vuelo aterrizó en Cereté y al instante en Montería, donde pasó varios días haciendo reparaciones a la máquina; al reemprender el vuelo se dirigió al sur y aterrizó en un potrero de Cáceres, en la finca El Libertador, propiedad del general Pedro Nel Ospina Vásquez que era accionista de la compañía y estaba a un año de ser presidente de Colombia.

En el puerto telegrafió a Medellín pidiendo gasolina, que se despachó en mula y llegó en dos semanas. Listo el avión, Guicciardi remontó el noroccidente de la cordillera central y en vuelo de dos horas llegó a Medellín y aterrizó en el campo de Guayabal hacia el mediodía.

En la ciudad había enorme expectativa. Se le vio aparecer por las montañas de occidente en un día soleado. (En Medellín había volado el canadiense Mr. John Smith el 26 de enero de 1913). La llegada del Goliat fue todo un acontecimiento en la capital de Antioquia, que tenía entonces 76.000 habitantes.

La CCNA

La Compañía Colombiana de Navegación Aérea fue fundada en Medellín el 26 de septiembre de 1919 en la Notaría Primera, pero los estatutos estaban listos y firmados diez días antes. La idea fue de Guillermo Echavarría Misas cuando un par de semanas antes un representante de casas exportadoras francesas le mostró un catálogo de aviones de la casa Henri Farman. Echavarría le comentó a su padre Alejandro, y éste, gran empresario y visionario, acogió la idea de inmediato. Legalizada la compañía pidieron a la fábrica francesa cuatro aviones F-40 de cuatro puestos, cabina descubierta y motor atrás, y un avión F-60 tipo Goliat de dos motores marca Salmson para catorce pasajeros y que había hecho un notable vuelo sin escalas entre París y Casablanca. Al mismo tiempo se pidió al gobierno formalizar un contrato para el transporte de pasajeros y de correo aéreo. Ese primigenio contrato llevó la firma de Marco Fidel Suárez, presidente de Colombia y de Luis Cuervo Márquez, ministro de gobierno y fecha del 3 de diciembre de 1919.

La Compañía construyó el primer hangar que hubo en Colombia en terrenos que hace 75 años ocupa el Hotel Caribe. Enviados por la casa Farman, llegaron los aviadores Jacques Jourdanet y René Bazin y los mecánicos George Goupil y Eugene Georges. El vuelo inaugural, con un F-40, fue el 15 de febrero de 1920. Una semana después, el 22, se hizo el primer vuelo de una ciudad a otra: de Cartagena a Barranquilla. Fue de pasajeros y de correo, el primer correo aéreo de Colombia y segundo de América (había habido desde 1918 entre Washington y Nueva York).

Los vuelos entre las dos capitales se hicieron habituales. El 17 de marzo se hizo el primer vuelo de Barranquilla a Santa Marta o propiamente a Ciénaga. El piloto Bazin contó cómo se vio accidentado y cómo al final controló el avión que sufrió la rotura de la hélice al chocar con un tronco en el aterrizaje. Después de recibir la hélice de repuesto volvió a Barranquilla el 29 de marzo.

La empresa se afianzaba y tenía el horizonte promisorio, pero empezaron los accidentes que la llevaron a la quiebra. El 29 de abril de 1920 en un vuelo deportivo en Barranquilla se cayó el avión (un F-40), murió el piloto, el capitán Jourdanet, pero quedaron a salvo los tres pasajeros que eran Pepa Restrepo de Vásquez y sus hijos Esther y Jaime.

El capitán Bazin le propuso al gerente don Guillermo que pusieran flotadores para aterrizar en el río Magdalena y así no tener que adecuar terrenos y se procedió a pedirlos a la casa Farman. Es decir que la compañía seguía adelante. Y el 5 de junio, piloto y gerente hicieron el primer acuatizaje en el río.

Ese mes llegó Pierre Fratoni, nuevo piloto, que un mes después, el 20 de julio, se mató en Cartagena cuando su avión se desplomó a tierra y con él pereció el barranquillero Arturo Gerlein Comelín, mientras sobrevivió Alfonso Araujo, director del periódico El Porvenir.

El gerente tenía claro que la empresa debía seguir y así diseñó el vuelo de Barranquilla a Girardot, ruta que el piloto Bazin había estudiado. Las primeras escalas eran en El Banco y Puerto Wilches. Se hicieron en el tercer avión, llamado “Medellín”. Arrancó con correo y el piloto llevaba la compañía del mecánico francés Goupil. En El Banco se dañó un flotador y el repuesto se demoró cinco días. Al reanudar el vuelo, paró en Puerto Wilches a echar gasolina y salió rumbo a Berrío, pero se equivocó y acuatizó en San Bartolomé, caserío 20 kilómetros río abajo. Al tratar de elevarse, el avión se inclinó y Bazin notó que había perdido otro flotador. Tuvo que montar la máquina en dos canoas y con el motor impulsarse a Puerto Berrío, donde pasó la noche, allí el avión fue destrozado por una tormenta.

Por esta época se anunció que la empresa Scadta, sociedad de barranquilleros y alemanes, había traído un hidroavión Junker de metal, de fabricación alemana. Querían viajar a Bogotá. La Scadta, Sociedad Colombo Alemana de Trasportes Aéreos, fue creada en Barranquilla poco después de la CCNA y pasó a ser Avianca en 1940.

Se recibió un documento de la Casa Farman sobre la estafa de los fabricantes de los motores Salmson, los que tenía el Goliat, pues habían utilizado material defectuoso en el árbol de levas. Los motores del Goliat colombiano eran del lote mal formado. Se cancelaron las operaciones del avión, dentro de las cuales estaba el vuelo a Bogotá. La empresa quedó a paz y salvo y liquidada.

Guillermo Echavarría volvió sus ojos a la aviación estadounidense para volver a levantar la empresa, pero ya no tuvo eco en la nueva iniciativa. Es ahí cuando mandó llevar el avión de Barraquilla a Medellín. El Goliat hizo algunos vuelos de recreo en la capital de Antioquia y luego se vendió.

“Casi a los tres años de su fundación, la Compañía Colombiana de Navegación Aérea, se disolvió, corriendo la suerte de las primeras compañías fundadas en Europa en 1919... Por razones de tipo primordialmente técnico, todas tuvieron que suspender servicios a los pocos meses de fundadas (...) El éxito de las que se fundaron posteriormente se basó primordialmente en el empleo de aviones metálicos construidos en Alemania. La Scadta en Colombia, fundada pocos meses después de la nuestra, dispuso de estos nuevos aviones y sobrevivió exitosamente transformándose luego en Avianca”.

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