El programa de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad de Antioquia sigue dando grandes pasos para posicionarse en el escenario internacional. Un equipo de estudiantes de la UdeA representa al país competencia internacional de ingeniería de cohetes de la Asociación de Cohetes de Sondeo Experimentales —ESRA, por sus siglas en inglés—, que se realiza desde hace 19 años y es uno de los certámenes estudiantiles más exigentes del mundo.
El semillero Volta, del programa de Ingeniería Aeroespacial de la Alma Máter, se convirtió en el primer equipo colombiano en participar en la categoría de 10.000 pies de altura, con un cohete con sello UdeA.
Esta competencia, que abarca el diseño y lanzamiento de cohetes experimentales, cuenta con representantes de 21 países de universidades de Estados Unidos, Europa, Asia, Oceanía y América Latina. El equipo de la Alma Máter está integrado por 26 estudiantes entre el segundo y décimo semestre del pregrado de Ingeniería Aeroespacial.
“Es la primera vez que tenemos una presencia colombiana organizada y muy bien representada, y esa relevancia se ve reflejada en ese esfuerzo de juventud que tienen estos estudiantes”, explicó el docente Diego Hidalgo López, quien además es el tutor oficial del equipo Volta.
Para estos estudiantes, provenientes del Campus El Carmen de Viboral, fue un reto de meses participar en las etapas preliminares de la competencia, hasta lograr un cupo en la ronda final. Durante el proceso han participado 40 integrantes del semillero —adscrito al grupo de investigación ASTRA— entre estudiantes, docentes y tutores.
“En Colombia, donde el sector aeroespacial aún está en proceso de consolidación, participar en este tipo de eventos no solo representa un reto académico y técnico, sino también una oportunidad para demostrar que desde la academia colombiana y las regiones se puede hacer ingeniería aeroespacial de alto nivel”, manifestó Omar David Aristizábal Sanmartín, estudiante integrante del equipo Volta UdeA.
El evento final del IREC se lleva a cabo en la ciudad de Midland, Texas, durante toda una semana. El proceso para alcanzar un cupo en el certamen implicó superar varias etapas preliminares que incluyeron entregas de reportes técnicos, revisiones de seguridad y evaluaciones de diseño. De los más de 200 equipos postulados, 146 clasificaron para la competencia.
Los equipos participantes están divididos en diferentes categorías, a partir de dos criterios básicos: la altitud objetivo que puede alcanzar el cohete —para esta edición serán 10.000, 30.000 y 45.000 pies de altura—, además del sistema de propulsión que usen estas naves que pueden usar motores comerciales certificados —COTS— o un motor completamente fabricado por el equipo —SRAD—.
Según el reporte del equipo que representa a la UdeA, su participación será en la categoría de 10.000 pies de altura con sistema de propulsión tipo COTS, es decir, con un cohete que utiliza un motor comercial.
El cohete César es un homenaje
El cohete fue bautizado “César”, homenaje y reconocimiento al legado del profesor César Ocampo, uno de los ingenieros aeroespaciales más destacados de Colombia, fallecido en 2024, cuyo trabajo fue reconocido en la Nasa por el desarrollo del software para trayectorias espaciales Copernicus y la dirección científica del primer satélite colombiano —Libertad 1—, entre otros logros.
El estudiante Juan Pablo Ramírez, señaló que es un reconocimiento no solo por los logros científicos de Ocampo sino pro su compromiso para enseñar y su empeño para derribar barreras que impiden sobresalir al talento colombiano en el campo aeroespacial.
La nave desarrollada por el equipo Volta se construyó bajo la metodología SRAD —Student Researched and Developed—, lo que significa que cada componente estructural y funcional fue diseñado, fabricado e integrado por el equipo con propuestas en los subsistemas de carga útil, aviónica, aeroestructura y recuperación.
El cohete incluye sistemas de aviónica con sensores, GPS y telemetría en tiempo real, además de una carga útil tipo CubeSat, un tipo de nanosatélite autónomo que permite realizar experimentos y mediciones en vuelo, y que simula misiones científicas reales. Además, un sistema de recuperación que incluye paracaídas principal y secundario que permite un descenso controlado del cohete sin daños.
Las brechas de la ingeniería aeroespacial en Colombia
Aunque en Colombia existen otros equipos que avanzan en el proceso de cohetería deportiva y el desarrollo de cohetes de alta potencia, el semillero Volta es el primero en llegar a una competencia de reconocimiento internacional como lo es IREC; sin embargo, persisten brechas que por ahora impiden llevar a otro nivel esta rama de la ingeniería en Colombia.
Por esta razón el profesor Hidalgo le pidió nuevamente a entidades gubernamentales, instituciones educativas y la industria nacional para que sumen esfuerzos por este tipo de iniciativas científicas, que a su vez inspiren a más jóvenes a creer y participar de la ciencia.
“Uno de los grandes retos que enfrentamos fue la falta de recursos económicos y, aun así, salimos adelante. Por eso extendemos esta invitación: únanse, sumen, apoyen. Para que futuras generaciones lleven sus proyectos aún más lejos y sin obstáculos que limiten su potencial”, aseveró el docente.