Los Embera Chamí han resistido el embate del conflicto armado, la deforestación y el olvido estatal. Aún así, su organización comunitaria se mantiene firme. Sus médicos ancestrales, conocidos como jaibanás, siguen siendo los médicos en las comunidades. Para recibir una consulta o un tratamiento especializado, muchos deben recorrer caminos empinados hasta la cabecera municipal o incluso viajar hasta Medellín.
El proyecto llamado SmartCare, de estudiantes de ingeniería de la Universidad de Antioquia, busca llevar atención médica remota a estos adultos mayores del resguardo indígena Karmata Rúa Cristianía, ubicado entre Andes y Jardín, en el Suroeste antioqueño.
La idea nació de la convocatoria Tech4Good Challenge Colombia, un concurso que impulsa proyectos de ingeniería con impacto social. Luis Fernando Torres, integrante del equipo y estudiante de Ingeniería Electrónica, explicó que la competencia se centraba en tres categorías: cambio climático, energías renovables y telesalud.
Ellos decidieron apostar por la telemedicina y presentar una propuesta que resultó ganadora, asegurando un fondo de 10.000 dólares para ejecutar el proyecto.
“Desde la Facultad de Ingeniería, junto con el Semillero Machine Learning y Robótica, nos unimos cuatro estudiantes, dos de Ingeniería Electrónica y dos de Bioingeniería, con el apoyo del profesor asesor, Hernán Felipe García Arias”, explicó Luis Fernando. “Nuestra meta es implementar un piloto de atención primaria con diez estaciones de monitoreo de salud en el resguardo”.
El resguardo Karmata Rúa Cristianía fue elegido como punto de prueba debido a la ausencia de un puesto de salud activo. La conexión con la comunidad se logró gracias a una integrante de una ONG que les ayudó a establecer contacto con los líderes indígenas. “Ellos nos compartieron sus necesidades y nos pareció que podríamos ayudar a mejorar su acceso a la salud”, contó Laura García, integrante del equipo y estudiante de Bioingeniería.
El plan es instalar diez estaciones de monitoreo de salud, cada una equipada con un medidor de presión arterial, un glucómetro, un pulsioxímetro y una báscula.
Con estos dispositivos se podrá hacer un seguimiento constante a los adultos mayores con movilidad reducida, quienes tienen dificultades para desplazarse hasta la cabecera municipal.
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El Hospital Alma Máter de Antioquia será un aliado en este proceso. “Ellos pondrán a disposición a los médicos, quienes primero recibirán capacitaciones en el resguardo y luego se encargarán de hacer el seguimiento a distancia”, agregó Laura.
Para facilitar el uso de la tecnología, cada estación tendrá una tableta con una interfaz sencilla, diseñada para que la comunidad pueda ingresar los datos. Además, los datos recogidos se enviarán en tiempo real al Hospital Alma Máter mediante internet satelital Starlink, garantizando así una conexión en tiempo real entre el resguardo y Medellín.
“Nosotros como estudiantes seremos los encargados de programar los dispositivos, configurar la comunicación del internet de las cosas y asegurar que todo funcione correctamente”, explicó Luis Fernando. Mientras tanto, las estudiantes de Bioingeniería se encargarán de gestionar la compra de los equipos y verificar que cumplan con los estándares requeridos en compañía del Hospital Alma Máter.
Además, la comunidad ha mostrado su compromiso para que el proyecto avance. La gobernadora del resguardo, Luz Emilse Panchi, envió una carta en la que expresó su apoyo y el interés de la comunidad en participar activamente. “Valoramos profundamente esta iniciativa que contribuirá a mejorar la calidad de vida de nuestros mayores”, escribió.
Para los estudiantes, este proyecto representa una forma de aplicar sus conocimientos en beneficio de una comunidad que lo necesita.
“No se trata solo de usar la ingeniería, sino de entender las necesidades de la gente y trabajar de la mano con ellos”, concluyó Luisa Fernanda Taho Mateus, integrante de SmartCare.
Si todo marcha según lo planeado, el piloto comenzará en este primer semestre de 2025. Este proyecto que sería el acceso a la salud en Karmata Rúa Cristianía, podría sentar las bases para llevar la telemedicina a otras comunidades en zonas rurales con situación similar.