Por casi dos semanas, los habitantes de las veredas Frisolera, Quebraditas, de Donmatías; así como La Pava y Salamina, en el corregimiento Caney, en Santa Rosa de Osos, padecieron unas de las peores inundaciones en su historia dejando millonarias pérdidas en cultivos y enseres. Augusto Osorno, vocero de las comunidades afectadas, señaló que además de las altas precipitaciones, la responsabilidad de la emergencia recaía en la dinámica del embalse Ríogrande II que, según dijo, afectó la dinámica del río y al perder su caudal natural perdió capacidad de arrastre de sedimentos, que se acumularon facilitando las inundaciones. También apuntó a la falta de operación de la central La Tasajera, que opera con las aguas del mismo Río Grande, como factor clave en la emergencia, la cual temen que se convierta en algo recurrente al punto de causar grandes tragedias.
EPM, por su parte, entregó parte de tranquilidad y manifestó que la seguridad en la operación del embalse está garantizada, aunque sí reconoció que fenómenos como la sedimentación es algo que todavía escapa a su explicación. El gerente de Generación de Energía de EPM, Alberto Mejía Reyes, habló con EL COLOMBIANO sobre las causas de esta emergencia y sobre los desafíos que enfrenta la generación de energía hidráulica en tiempos de cambio climático.
Según el análisis de EPM, ¿qué fue lo que causó la emergencia que tuvo durante dos semanas a varias veredas de Donmatías y Santa Rosa bajo el agua?
“Nosotros tenemos registros de caudales del Río Grande desde el año 95, entonces estuvimos analizando los caudales que tuvimos en estos días en los que se presentó esta inundación versus la historia desde el año 95, es decir 30 años, y efectivamente encontramos que se han dado caudales muy altos en la recurrencia de fenómenos de la Niña, en el año 96, en el año 2011, en el 2021, en el 2022 y ahora en este 2025, todos han tenido coincidencia con el fenómeno de la Niña que se da en el Océano Pacífico y que trae grandes cantidades de lluvia al departamentos como Antioquia.
Entonces, ¿qué sucede cuando se dan estos caudales tan significativos? El embalse del Río Grande, que es el que recibe el agua de este río, se va llenando hasta que llega a una condición vertimiento, porque este embalse no tiene compuertas, para que cuando llegue a su máxima capacidad empiece a a botar el agua como si fuera básicamente como un balde que se va llenando y empieza a botar agua por la boquilla sin que se tenga un manejo preciso de esa descarga. ¿Qué es lo que nosotros hacemos típicamente? Tratamos es de ir planificando para que el embalse se vaya utilizando en el tiempo con la generación de la central.
Hay un elemento muy importante y es que estas comunidades de las veredas de La Frisolera y El Caney están ubicadas en la zona donde está ya el Río Grande como vertimiento del embalse que se descarga después de producir energía en la hidroeléctrica la Tasajera, esa se va para el río. En síntesis, situaciones como estas se han presentado en estos años anteriores en los que los embalses se llenan y empiezan a tener estos vertimientos, en esos años que señalé anteriormente vivimos esa misma situación. Nosotros identificamos que una manera de reducir ese vertimiento es que La Tasajera esté produciendo energía, si logramos que La Tasajera produzca energía se reduce la cantidad de agua que se vierte por el embalse”.
¿Y por qué La Tasajera no está generando de manera constante?
“La generación no depende exclusivamente de EPM, la generación de nosotros depende de cómo se programa la generación de todo el país, es decir, XM que es el operador del sistema eléctrico, él recibe todos los días la disponibilidad de las plantas y el precio al que ofertan las plantas para salir generando cada día, todos los días se le entrega esa información a XM. ¿Qué está pasando? Cuando una planta está en condición de vertimiento, es decir, cuando su embalse ya está lleno, pues su precio para que salga despachada es el precio mínimo, el precio más bajo para aprovechar esa agua y no botarla. Nosotros venimos ofertando el precio de La Tasajera en los valores más bajos para poder salir despachados, pero como estamos en una temporada invernal en todo el país, pues hay muchos embalses que también están en esta condición de vertimiento y todos quieren generar al mismo tiempo, entonces cuando todos quieren generar al mismo tiempo y ponen el precio en el mínimo, XM tiene que poner a generar las plantas que él identifique con un mecanismo aleatorio.
Lo que ha sucedido es que en días pasados La Tasajera salía generando unos días sí y otros no, y eso hacía que efectivamente se diera mayor vertimiento. Lo que hemos venido haciendo es estar muy pendientes de que la planta pueda generar, estamos interactuando también con el operador del sistema para que pueda salir generando la planta y eso ha contribuido en alguna medida a mitigar esta situación. Lo que pasa es que son temas que no dependen exclusivamente de EPM, sino del sistema interconectado nacional. El día 18 de junio se dio un pico muy alto, llegamos a un caudal del orden de 174 metros cúbicos por segundo, y cuando evaluamos el agua que se fue por el vertedero, fue alrededor de 80 metros cúbicos por segundo, es decir que el efecto que tuvo el embalse puede mitigar una creciente que hubiese sido mucho mayor, porque hubiese tenido un caudal de más del doble inundando esa zona. El embalse entonces también cumple la función de regular esos picos de caudal que se presentan cuando hay fenómenos tan intensos como estos fenómenos de la Niña. Todo eso se lo explicamos a la comunidad, que realmente lo que se hizo fue tratar de mitigar una creciente natural del río y que pues hacemos lo que está en nuestras manos pero no es un asunto que podamos controlar del todo”.
Uno de los factores que identificó la comunidad y le planteó a EPM es el tema del mínimo caudal ecológico (la mínima cantidad de agua que requiere un río para mantener la salud de los ecosistemas a su alrededor y el bienestar de las personas que dependen de éste); los afectados sostienen que si EPM garantizara ese mínimo caudal el problema de la sedimentación que ha agravado las inundaciones podría mitigarse significativamente. ¿Por qué EPM no lo garantiza?
“Antes de responder lo del caudal ecológico quiero que toquemos el tema de los sedimentos, que es un punto muy importante. Nosotros le explicamos a la comunidad que el embalse tiene una capacidad de acentuar el sedimento que llega con el agua del río. La función que cumple un embalse es retener sedimentos, es decir, el agua que sale por el vertedero ya sale sin sedimentos y el fenómeno de sedimentación que se está presentando en la zona donde están estas veredas es un tema que hay que estudiar bien cuál es la razón por la que se presenta esa situación. Allí tenemos un tema importante y es que se tiene previsto en ese trabajo interinstitucional para hacer un análisis sobre qué causa ese fenómeno de sedimentación allí. En esas reuniones que hemos tenido con comunidad y autoridades se ha hablado de la necesidad de analizar desde la zona del embalse Río Grande hasta donde están las comunidades, qué está pasando con el tema de la deforestación de la cuenca, indagar si se están presentando cambios de uso del suelo”.
“En cuanto al tema del caudal ambiental o caudal ecológico, hay un asunto que es muy importante tenerlo presente y es que cuando se concibió esta central, en los años 80 (entró en operación en 1993), en esa época no estaba planteado el tema de los caudales ecológicos. Entonces, efectivamente Corantioquia en algún momento planteó la exigencia de caudal ecológico, pero nosotros le explicamos que hay un asunto importante. Hay dos elementos claves aquí. Uno, cuando tú le estableces una condición de caudal mínimo a una central, lo que estás haciendo es que se limita en alguna medida su capacidad para almacenar agua en las épocas de invierno y poderla utilizar en las épocas de verano, porque el caudal permanente ya hace que no tengas esa posibilidad de almacenar agua.
Cuando pierdes esa capacidad de almacenar agua, pierdes energía para el país en las épocas de verano. Entonces, desde el sector eléctrico se le ha explicado a las autoridades ambientales que lo que hoy tiene el país como energía firme de los embalses para evitar que haya racionamientos de energía en Colombia. Pero si se le pone una norma de caudal ambiental a estas plantas que hace muchos años entraron a operación, entonces vamos a tener un déficit de energía firme para las épocas de verano. Ese un elemento que también es importante tener en consideración.
Entonces, desde la perspectiva cómo se concibió y se construyó esta central están esas condiciones. Ahora, las centrales futuro, con las nuevas normativas serán una historia distinta. Pero hasta ahora en tiempos como El Niño, que teníamos esa preocupación sobre posible racionamiento, pudimos guardar el agua porque estos embalses no tenían caudal ambiental y pudieron tener los embalses llenos para la época de verano. Pero es cierto, como la comunidad plantea, que es un tema muy importante que venimos trabajando a nivel intersectorial”.
¿Cuáles fueron los compromisos concretos que asumió EPM con la comunidad afectada a raíz de la reciente emergencia? Entiendo que uno de los puntos que planteó la comunidad era la posibilidad de poder hacer aprovechamiento industrial como medida para mitigar un poco la problemática.
“El primer compromiso es tener informadas a las comunidades a través de los sistemas municipales de gestión del riesgo, para que sepan los picos de caudales y puedan estar preparados oportunamente. El otro compromiso es acompañar esta mesa de trabajo interinstitucional en la que están Corantioquia, Dagran, consejos municipales, para hacer un estudio que se requiere en esta zona. Ese es un tema que es muy importante porque es la mirada a largo plazo frente a esta problemática.
Sobre el tema de la sedimentación, nosotros no somos una autoridad para determinar el uso de esos sedimentos para efectos de cualquier tipo de industria o aprovechamiento que se vaya a desarrollar, pero lo que podemos hacer es hacer un análisis de ese material y plantear algún tipo de recomendación. Creo que no es un asunto que dependa de nosotros porque el uso de este material requiere de unos permisos de las autoridades ambiental.
También entre lo que conversamos es que estamos dispuestos a hacer algunos trabajos que se requieran, como en una zona de una vía que es muy importante para ellos, que a veces los deja incomunicados cuando hay inundaciones, para eso vamos a hacer un realce de esa vía. Nosotros, en el tema de fondo, estamos dispuestos a invertir en todo lo que sea prevención de situaciones como esta y otros asuntos relacionados con el cuidado de las cuencas y con los temas de prevención de riesgos de desastre. Estamos dispuestos a trabajar con las autoridades ambientales en los planes a largo plazo para la mitigación de estas situaciones. Pero, claramente, también hay un reto importante y es la variación de caudales por el cambio climático, en el que hay que hacer un trabajo desde ya muy grande, entre todos los actores”.