Eran casi las 12:00 del mediodía, cuando Luz Estela Gómez, que terminaba de preparar el almuerzo para su esposo y sus dos hijos, sintió un fuerte impacto y un sacudón en su casa, lo que le hizo creer que se había reventado una garrucha de las que transportan madera en la vereda Las Playas, en las montañas de San Antonio de Prado.
“Yo salí corriendo cuando vi la avioneta (a 300 metros de su casa) y solo se me ocurrió llamar a mi esposo al celular y correr a tratar de rescatar las personas, porque sentía gritos y niños llorando”, relató. Dijo que ayudó a sacar a cuatro personas, “todas muy aporreadas, con fracturas y golpes”.
Según el Dagrd, el accidente aéreo dejó un saldo de cuatro personas muertas: un bebé, el copiloto y otros dos adultos, que viajaban a bordo de la aeronave monomotor de matrícula HK3804, de la empresa LLanera de Aviación, que despegó con dos tripulantes y 9 pasajeros a las 11:50 a.m. de Medellín con destino a Juradó, Chocó.
Diego Moreno, director (e) del Dagrd, explicó que el acceso al lugar fue difícil porque está aislado del casco urbano, pero por caminos veredales los organismos de socorro llegaron al sitio y lograron evacuar, en un lapso de cuatro horas, a tres fallecidos y ocho lesionados, uno de los cuales (el copiloto) murió luego en la Clínica Las Américas.
“Por ahora sabemos que intentó hacer un aterrizaje forzoso cerca de San Antonio de Prado”, dijo el coronel Freddy Bonilla, jefe de Seguridad Aérea de la Aerocivil.
Hasta Las Playas llegaron dos máquinas de Bomberos, 7 ambulancias, detalló el Dagrd.
Las víctimas mortales fueron identificadas como Brayan David Ovalle Córdoba, de 22 días de nacido; Yimmi Javier Arias García, copiloto; Francisco Javier Delgado Trujillano y Wálter González Valois.
“Una señora salió muy herida y lloraba por su bebé (el niño fallecido); a pesar del temor de que la avioneta explotara, me metí a rescatarlos porque pensé que eso le podría pasar también a mi familia o a mi patrón, que viaja mucho”, narró Luz Estela, que por más de media hora luchó sola por rescatar a los ocupantes de la avioneta, antes de que llegaran los socorristas.