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“Yo tengo la fortuna de que no vivo de la política. No la mayoría lo puede decir, pero respeto a quienes no tienen la capacidad empresarial de visionar un problema, entenderlo y resolverlo”. Son palabras de Daniel Quintero dichas esta misma semana en entrevista con el personaje Juanpis González, representado por el comediante Alejandro Riaño. Solo tres días después, Quintero anunció una vaki, es decir, una colecta virtual, para recoger plata y armar su defensa jurídica. Su meta es reunir $200 millones. La pregunta es por qué el alcalde, que se ufanaba de su solvencia económica, está pidiendo recursos.
El anuncio de Quintero sorprendió a más de uno, en especial por el tono utilizado. Juan Pablo Ramírez, quien fue su secretario de Inclusión Social y hoy está en la campaña de Petro, dijo: “Te invitamos para que, a través de tu aporte, te conviertas en un soldado, un defensor de la democracia de nuestro país”.
Si el alcalde, como él mismo dijo, no necesita su sueldo de $17 millones, ¿por qué recurre a una “vaca” virtual para financiar su defensa? Quintero y sus seguidores han dicho que la defensa jurídica emprendida, además de contratar un equipo, tiene previsto un viaje a Washington para exponer el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que fue la que falló a favor de Petro luego de su destitución en la alcaldía de Bogotá.
El alcalde comentó que en su viaje a Estados Unidos aprovechará para reunirse con senadores demócratas que están “preocupados” por su situación. ¿Todo esto se sigue tratando de un relato?
Las finanzas de Quintero
El pedido de Quintero causó polémica en redes y medios de comunicación. ¿Debería el alcalde, estando suspendido de su cargo, pedir apoyo económico a la ciudadanía? Otra pregunta es que, más allá de que se trate de su desempeño como mandatario elegido por voto popular, su defensa es personal y no de una administración en general.
Lo cierto es que Quintero ya saltó al agua y pidió la plata. Este hecho levantó de nuevo el debate sobre sus finanzas. Y es que el mandatario ha aumentado su patrimonio en los últimos años. De un año a otro, por ejemplo, pasó de tener un patrimonio líquido de $519 millones en 2019 a $1.079 millones en 2020, según sus declaraciones de renta.
Quintero ha argumentado, como le dijo a Juanpis, que su patrimonio se debe, en gran parte, a su faceta como empresario. Es accionista, por ejemplo, de la empresa Movisoft Ltda, que fundó en 2007. Esa compañía, sin embargo, no vendió servicios que le hicieran mover la caja en 2020, según la Cámara de Comercio de Bogotá.
Pero llama la atención una publicación del portal tributario Tributi, que analizó las declaraciones de renta del alcalde. Según el medio, basándose en la información que el propio Quintero dio a Función Pública, sus ingresos provienen exclusivamente de su ejercicio público. “Debemos resaltar que el 100% de sus ingresos provienen de su labor como alcalde de Medellín. Esto indica que no cuenta con fuentes de ingresos pasivos y depende exclusivamente de su trabajo para subsistir”, concluyó el medio.
¿Finalidad política?
Para un analista de comunicación política que no quiso dar su nombre para no entrar en controversias, la finalidad de Quintero con la vaki no es económica, sino política. Esa ha sido también la crítica de una parte de los opositores de Quintero, que han juzgado la iniciativa como un cálculo electoral.
El analista añadió que esta no es más que otra estrategia dentro de la narrativa de “víctima” de la que Quintero se ha servido. Desde que comenzó la administración, el alcalde ha alegado una persecución política y económica en su contra para “sacarlo del cargo”. “Esto no es más que una continuación del estilo de lo que ha sido su gobierno. Está apelando a la victimización, incluso rayando con la lástima”, comentó el experto.
La defensa del alcalde se ha enfocado en ganar el favor ciudadano. En redes ha dado discursos en vivo, alegando que la suspensión de la Procuraduría tiene un fin político. Su más reciente lance, además de la vaki, fue una carta publicada en redes sociales. En ella apeló a momentos emocionales como la pandemia y el trasplante de hígado a su hija menor. Lo más llamativo es que la carta está escrita a mano. “Es una estrategia para generar el apoyo ciudadano, apelando a la emoción”, comentó el analista.
Germán Valencia, doctor en Estudios Políticos, consideró que Quintero está matando dos pájaros de un solo tiro. Por un lado, está tratando de vincular gente a su pretensión, que es volver a la alcaldía, pero a su vez logra un apoyo económico importante que sí puede servir en su defensa jurídica. “La política se trata de vincular a múltiples actores en un asunto que es de interés. Es decir, vincular a otros en mi problema. Eso es lo que intenta Quintero. En realidad es un asunto suyo y de su empresa política”, argumentó Valencia.
Para los dos analistas consultados, la vaki es otra vía para reforzar la narrativa de Quintero, que se define a sí mismo como alguien venido de menos. Para uno de los expertos, esta narrativa lo consolida como un gobernante populista; no hay que olvidar que detrás de él está Amauri Chamorro, un estratega político que ha trabajado para Nicolás Maduro y Rafael Correa. “Quintero es un outsider, es un tipo al que no se le puede considerar de izquierda, porque no lo es. Su estilo es autoritario y muy dado al ‘yo’”, concluyó el analista.
Hasta ayer, la estrategia parecía funcionar, pues había recogido $113 millones. La pregunta ahora es en qué utilizará la plata y si será efectiva para su defensa.