A la polémica que han generado en las últimas semanas las quejas sobre el funcionamiento del Programa de Alimentación Escolar (PAE) por recorte de cupos, retrasos en los horarios de entrega, cambio de raciones y demoras en la contratación de personal se suma una alerta que hizo el concejal Alfredo Ramos sobre los procesos de adjudicación de contratos que ha tenido el programa este año.
La alerta tiene dos frentes. El primero, que a las licitaciones públicas que se han hecho no se están presentando suficientes oferentes, incluso, algunos lotes se declaran desiertos. El segundo, que hay modificaciones en los requisitos, lo que sería para facilitar la participación de un oferente particular.
Una mirada a los documentos cargados en la plataforma Secop II da cuenta de que este año se han hecho dos licitaciones públicas y una subasta de menor cuantía para adjudicar los contratos.
Cabe recordar que los niños y adolescentes beneficiarios del PAE son de instituciones educativas públicas y, en la mayoría, de hogares con escasos recursos económicos y en condiciones de vulnerabilidad alimentaria y nutricional.
La primera licitación
El 31 de enero pasado, la Secretaría de Suministros y Servicios abrió la convocatoria de la primera licitación pública para tres lotes con los que se buscaba encontrar un operador para prestar los servicios de alimentación a la población escolar.
Entonces, para los tres lotes se destinaron $41.532 millones, de los $161.846 millones aprobados para este 2022. El primer traspié de la adjudicación de este contrato se registró por la falta de oferentes. Tras cerrarse la convocatoria, el 28 de febrero, el lote 1 no tuvo ni un interesado en presentarse y los lotes 2 y 3 solo tuvieron una propuesta cada una. En consecuencia, ese mismo día, el lote 1 se declaró desierto.
En el juego quedaron Alirio Gómez G. Servicios de Alimentación SAS, que se presentó al lote 2, y UT PAE 2022, conformada por Nutriser Colombia SAS y Fundación Alimentarte, que se presentó al lote 3. El 11 de marzo, tras cumplirse la primera evaluación y la subsanación de requisitos, ambos interesados fueron habilitados para adjudicarles los dos lotes.
El lote 2, adjudicado a Alirio Gómez G. Servicios de Alimentación SAS, fue por $11.985 millones y el lote 3, a UT PAE, por $15.829 millones; ambos a un plazo de 55 días de ejecución.
No obstante, como el lote 1, de $13.718 millones, se declaró desierto por la falta de oferentes, ambos contratos tuvieron una adición para que asumieran esos cupos. Es decir, al contratista del lote 2 se le adicionaron $5.878 millones y al contratista del lote 3, $7.903 millones.
La segunda licitación
Una segunda licitación pública, también por tres lotes, se abrió el 7 de abril con el mismo objeto que la anterior, por un monto de $76.033 millones y con un plazo de ejecución de 93 días calendario escolar.
El 26 de abril, al cierre de la convocatoria, se había presentado un oferente por cada lote. Al primero, GR Logística Integral SAS; al segundo, Alirio Gómez G. Servicios de Alimentación SAS; y al tercero, el Consorcio PAE Medellín, conformada también por Nutriser Colombia SAS y Fundación Alimentarte.
Tras la evaluación, GR Logística Integral SAS fue rechazado porque “no aportó la garantía de seriedad de la oferta”. Para el 11 de mayo, luego de audiencia virtual, los otros dos lotes se adjudicaron a los respectivos oferentes y el 1 fue declarado desierto. Así las cosas, Alirio Gómez G. Servicios de Alimentación SAS se quedó con $22.576 millones y el Consorcio PAE Medellín, con $27.843 millones.
En este caso lo que ocurrió con el lote 1, el desierto, causa sorpresa al concejal Ramos. Posteriormente, el 2 de junio, la Alcaldía de Medellín abrió una nueva convocatoria, en la modalidad de selección abreviada de menor cuantía, para conseguir quien prestara los servicios de alimentación escolar en modalidades a.m./p.m. y vaso de leche, por una cuantía de $25.613 millones.
El 17 de junio, este contrato se adjudicó a GR Logística Integral SAS, único oferente que se presentó, mismo que había sido rechazado en la licitación pública anterior. Este contrato también fue por 93 días calendario escolar.
Cuestionan subasta
El concejal Alfredo Ramos también llamó la atención en este sentido y cuestionó de forma particular que en la subasta de menor cuantía se haya modificado un requisito: “Disminuyeron la experiencia de un 60% a un 40% respecto al número de raciones a proveer”. Para el corporado, esto sería con el fin de facilitar la participación y adjudicación al oferente.
Entre la experiencia aportada por este proponente hubo contratos con bancos de alimentos y fundaciones para la entrega de paquetes y raciones alimentarias, pero no con gran énfasis en alimentación escolar y menos para una ciudad como Medellín.
Por el momento, muchos siguen preocupados por las quejas que se han presentado desde las instituciones educativas, si bien, la Alcaldía de Medellín ha atendido la situación para mitigar las falencias. Entre las mayores preguntas está por qué se habla de falta de cupos cuando los recursos para este 2022 aumentaron respecto a 2021.
Desde la Veeduría Todos por Medellín han alertado en otras ocasiones sobre retrasos en la contratación de personal para operar el PAE, si bien, desde la administración distrital han dicho que el programa funciona bien y no para. Este medio consultó la postura de la Alcaldía de Medellín sobre puntos específicos de los procesos de contratación, pero al cierre de esta edición no se obtuvo una respuesta, aunque afirmaron que están trabajando en ella