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¿Por qué ha sido difícil desarrollar una vacuna contra la malaria?

Los menores de cinco años son la población más vulnerable ante esta enfermedad. Un avance.

  • El paludismo o malaria es una enfermedad causada por parásitos que llegan a infectar al ser humano mediante la picadura de una hembra de mosquito Anopheles. FOTO SSTOCK
    El paludismo o malaria es una enfermedad causada por parásitos que llegan a infectar al ser humano mediante la picadura de una hembra de mosquito Anopheles. FOTO SSTOCK
07 de octubre de 2021
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La malaria o paludismo es una enfermedad que tiende a ser mortal, se caracteriza por fiebres altas y escalofríos intensos. Este 6 de octubre la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que se extienda el uso de una de las vacunas que están siendo usadas actualmente. Su nombre es RTS, S y es la primera que ha logrado demostrar que proporciona una protección parcial (permitiendo reducir en un 30% los casos severos) en los niños, quienes para 2019, según la OMS, representaron el 67% de las muertes a nivel mundial.

Desde 2019 la RTS, S se ha aplicado en Ghana, Kenia y Malawi como áreas piloto, pues África es el territorio que soporta el mayor número de casos.

Sobre Colombia, Claudia Milena Cuéllar, subdirectora de Enfermedades Transmisibles del MinSalud, en un artículo de esa cartera, indicó que en 2020 se registraron 76.958 casos. “La malaria representa un grave problema de salud pública”.

El médico Manuel Elkin Patarroyo es conocido en el país y el exterior por haber sido uno de los primeros en desarrollar (en 1986) una vacuna contra esta enfermedad, incluso con una eficacia similar a la de la RTS, S. La patente la donó posteriormente a la OMS y sigue trabajando en nuevos ensayos. Esa vacuna continúa en estudio, como muchas otras para esta afección. Ayer su nombre fue tendencia en redes sociales con motivo del acontecimiento. Ha sido cuestionado por la experimentación con una especie no permitida de primates del Amazonas.

Un gran avance

Desarrollar una vacuna exitosa para combatir la malaria ha sido complicado. María Fernanda Yasnot, bacterióloga, PhD en Ciencias Biomédicas y docente de la Universidad de Córdoba, explica que una de las razones por las cuales ha sido así es porque son cinco parásitos diferentes los que pueden causar la enfermedad. El Plasmodium falciparum y el Plasmodium vivax son los más comunes y peligrosos. “La RTS, S está orientada al primero. Al parecer evita la invasión del parásito en las células hepáticas, que se desarrolle en el hígado y luego pase a los glóbulos rojos”.

Que haya sido recomendada por la OMS significa haber dado un paso significativo en cuanto a prevención. “Se está abriendo la puerta para que los sistemas sanitarios de los países endémicos (como Colombia) la tengan como una estrategia eficaz de control”, añade Héctor Serrano-Coll, PhD en Ciencias de la Salud e investigador del Instituto Colombiano de Medicina Tropical (ICMT) de la Universidad CES. Así mismo, señala que es una alternativa que puede ayudar a mitigar una enfermedad que ha golpeado por años a los habitantes de países muy vulnerables ubicados en áreas tropicales”.

Sus características

La vacuna RTS, S es la primera desarrollada por una plataforma de científicos africanos y lleva, según Serrano, más de 30 años en construcción.

Esta consta de 4 dosis que, en ensayos clínicos a gran escala, lograron evitar aproximadamente 4 de cada 10 casos de paludismo durante un período de 4 años. Hasta la fecha, agrega el investigador, ha sido aplicada a más de 800.000 niños demostrando ser eficaz y segura.

Pese a su relativo éxito, la OMS precisó que la recomendación de usarla de forma amplia no implica reemplazar las demás medidas: mosquiteras impregnadas de insecticidas, fármacos con fines profilácticos, diagnósticos y tratamientos.

Sobre el hecho, el director del Programa Global contra la Malaria de la OMS, Pedro Alonso, expresó a la opinión pública que espera que este reconocimiento estimule que se retomen las investigaciones para intentar desarrollar otras vacunas contra la enfermedad, “la que tenemos es una vacuna de primera generación, pero no debería ser la última”.

Los retos continúan

Además de que son cinco especies del mismo parásito las que pueden causar la enfermedad, Yasnot señala que se trata de un parásito complejo, que tiene muchas proteínas en su membrana externa y que cambian.

“Cuando ingresa al hospedero humano presenta muchos cambios en su estructura: cuando está en el mosquito (que es el que se lo transmite a los seres humanos, como ocurre con el dengue y el chikungunya) tiene ciertas proteínas y cuando ingresa al hígado de los humanos para multiplicarse cambia de nuevo”, esto impide que el sistema inmunitario lo encuentre y lo combata fácilmente.

Por esas particularidades las investigaciones y estudios continúan trabajando en distintos blancos, uno de esos es el ya mencionado (evitando con la vacunación que el parásito se multiplique en el hígado y luego en los glóbulos rojos), otro es evitando que se multiplique en los mosquitos que lo transmiten, interviniéndolos, por ejemplo, genéticamente, así si no hay desarrollo dentro de los mosquitos, no hay transmisión.

Yasnot reitera que el control a través de un diagnóstico certero y oportuno es clave, lo complicado es que los territorios con mayor número de casos son alejados, áreas rurales dispersas y sin energía, un hecho que imposibilita diagnósticos por microscopía de luz o a través de pruebas rápidas que son costosas. “Depende también de la buena ejecución de los programas que deben ser complementados con esta y otras vacunas futuras”.

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