“Valoro mi libertad, tanto financiera como física, sobre cualquier otra cosa”, dice un hombre de 33 años que lleva diez trabajando de forma remota. En ese tiempo ha estado en Estados Unidos, Canadá, Bolivia, Costa Rica, Panamá y Colombia, y desde ahí maneja de forma virtual su empresa, Dsgenie Inc., una compañía de distribuciones.
Marc Augustine, quien contó su historia en días recientes al Huffington Post, es uno más de los “nómadas digitales” modernos, personas que aprovechan el teletrabajo y la flexibilidad o ausencia de horarios para viajar por el mundo mientras trabajan.
Este tipo de personas, que inclusive forman comunidades para viajar juntos, saltan de país en país mientras trabajan, pasando temporadas de uno, dos o hasta seis meses en diferentes ciudades del país, para luego ir al siguiente.
En ciertos casos, cuando la cultura local o las condiciones de vida son suficientemente atractivas, uno de estos nómadas podrá pasar años completos en un mismo lugar.
Con salarios que suelen ser en dólares y trabajos para los que solo necesitan una conexión a internet y un computador, este estilo de vida es tan atractivo para algunos que ya existen compañías dedicadas a ayudar a las personas a instalarse durante temporadas en locaciones remotas en el mundo.
Por ejemplo, Wifi tribe (la comunidad a la que pertenece Augustine) agrupa a personas con diferentes profesiones y de distintas partes del mundo, y les cobra una tarifa por estar trasladándolos periódicamente de lugar. En este momento están en Portugal, y luego se irán a Italia, donde pasarán uno o dos meses.
Otra compañía, Remote year, reunirá a 75 “nómadas digitales” de alrededor del mundo y durante un año los llevará a doce lugares distintos, desde donde estos viajeros trabajarán mientras conocen nuevas culturas, en una experiencia tanto laboral como turística, pero nunca sabática.
Como curiosidad, en el 2007 la directora y fundadora del Huffington Post, Arianna Huffington, sufrió un desmayo por agotamiento laboral, como resultado de meses de jornadas de 18 horas de trabajo. Desde entonces, Huffington es una de las principales defensoras de la importancia del sueño entre sus empleados, y advoca por este tipo de prácticas entre las grandes organizaciones.