El rostro no termina en la barbilla, esa es una afirmación que tanto médicos dermatólogos como especialistas en el cuidado de la piel recuerdan, dado que muchos concentran su atención y cuidados en la cara y no en el cuello, una parte del cuerpo en el que los signos de la edad son visibles de manera más rápida.
Allí, en el lugar que luce collares y pañoletas, cuenta la dermatóloga Camila Pérez Madrid, hay menos glándulas sebáceas, es una de las pieles más finas del cuerpo y de menor densidad. “Eso significa que se va a deshidratar y ver mucho más seca y normalmente desde edades muy tempranas se presentan muestras de flacidez y pérdida de elasticidad”.
Piense por un momento cómo se aplica el antisolar, ¿tiene en cuenta el cuello? Pérez Madrid anota que lo que evidencia en sus pacientes es que no sienten la necesidad de cuidarlo y por eso ni siquiera incluyen protección solar en las mañanas. “Creen que la ropa genera una barrera protectora, sin embargo, a diferencia de la espalda que usualmente tiene una prenda, este permanece la mayor parte del tiempo descubierto y si no se cuida aparecerán más rápido signos de envejecimiento cutáneo como arrugas finas, pérdida de hidratación, de firmeza y flacidez”.
Tenga en cuenta
Paula Madrigal, gerente de Sisley y La Forêt en Colombia, señala que el tener la cabeza en una posición constante hacia abajo, mirando el celular, por ejemplo, desgasta la zona.
La dermatóloga Pérez Madrid complementa que esas posturas repetidas pueden generar la presencia de arrugas dinámicas (las que generan las expresiones), pero además “la forma en que dormimos puede generar pliegues en el cuello y escote debido a la presión que se ejerce contra la almohada, bien sea de lado o boca abajo, aparecerán unas líneas verticales u horizontales”.
Detalla Madrigal que ahora se ven mujeres muy jóvenes con esa parte del cuerpo muy arrugada y eso ha hecho que haya un cambio. “Hoy no se habla de cremas y tratamientos por edades, sino de lo que refleja la piel porque fácilmente puedes tener 20 años y una deshidratación severa que es más evidente en este lugar y que antes se daba en mujeres a partir de los 40”.
En ese sentido las cremas para el cuidado del cuello ya hacen parte del top 10 de las más vendidas, comenta Monserrat Reina, directiva de Bella Piel, que los antisolares son los productos más demandados y que de ahí siguen las cremas antiedad y las de cuidado capilar, pero antes de terminar la lista están los “lifting” (estiramiento) de cuello, “cada vez más marcas las incluyen en su portafolio que se ha ampliado para no solo pensar en la cara”.
Y no solo son las cremas, en algo tan sencillo como la limpieza antes de dormir hay que incluir al cuello, así lo comenta Aránzazu Gómez, country manager de Foreo Colombia y México. “Es vital este tema desde la base del cuello hacia arriba (mandíbula)” y añade la doctora Pérez Madrid que incluso el escote hay que tenerlo en cuenta.
Otras ayudas
Gómez habla de las lunas de Foreo que se usan para limpieza y emiten hasta 8.000 pulsaciones T-Sonic (trans-dérmicas) por minuto como una opción para revitalizar esta parte del cuerpo y la cirujana Claudia García, autora del libro de yoga facial, La verdad del rostro, recomienda varios ejercicios, uno de ellos es ubicar el puño debajo del mentón con una ligera presión y la lengua en el paladar. “Abrimos y cerramos la boca en tres series de ocho repeticiones”.
Si ya vio su cuello y se dio cuenta de que debe actuar, empiece por los cuidados básicos y consulte los servicios de la medicina dermatológica si ve signos claros de fotoenvejecimiento, flacidez y arrugas que no sabría cómo tratar. Si aún está joven comience por no olvidarlo para que luego no lo quiera tapar
