Por María Paula Hernández B.
Cada época expresa su horizonte cultural y tecnológico en la vivienda. Las casas cambian de siglo en siglo según cambian las formas de vida de las personas y los materiales en que se construyen varían según dinámicas ambientales y económicas. Y, desde luego, las múltiples transformaciones que experimentamos en la actualidad inciden en las viviendas contemporáneas y atienden a necesidades que antes no teníamos.
“Vivimos un cambio radical, tanto en la vivienda en particular, como en las características de los conjuntos habitacionales. Por ejemplo, antes bastaba con que los conjuntos tuvieran piscina y juegos infantiles, hoy necesitamos que tengan salón de yoga, coworking, lavandería o cancha de pádel”, explica Pablo Botero, director creativo del taller de arquitectura e interiorismo que lleva su nombre.
Así como nuevos hobbies introducen nuevos espacios en los multifamiliares, la preocupación por el cambio climático y la búsqueda de una armonía con la naturaleza transforman la vivienda actual. Por otra parte, la eficiencia y comodidad son premisas y en pro de ellas trabajan la tecnología y el diseño con enfoque humano. Estas son las cinco principales tendencias que están dirigiendo el sector.
Espacios flexibles
“La pandemia tuvo un impacto importante porque cambió la manera de trabajar de las personas y llevó esta actividad al hogar, entonces las viviendas se han venido adaptando”, señala Botero. Una vivienda típica de hace 30 años tenía tres habitaciones, dos baños, salacomedor y cocina. Y aunque este modelo aún se construye masivamente, cada vez surgen más propuestas de viviendas flexibles en las que las personas pueden adaptar el espacio a sus necesidades y a los modelos de familia de la actualidad. “Antes se diseñaba para el típico núcleo familiar. Hoy tenemos grupos muy cambiantes: una pareja con mascota, una persona sola, una madre con su hijo, dos amigos que viven juntos, en general familias más pequeñas que necesitan menos espacios fragmentados y más espacios para el bienestar”.
Sostenbilidad y bioclimática
La industria de la construcción está transformando algunas de las prácticas que la convertían en una de las más contaminantes. Y en la vivienda, esto se expresa, principalmente, en el diseño de espacios que demanden un menor gasto energético y de agua, o que dispongan de sistemas de recolección y reúso. Para Eduardo Loaiza, gerente de Camacol Antioquia, se trata de una visión que está transformando el sector, en la medida en que son los consumidores quienes prefieren las propuestas de enfoque ambiental. “Con acciones de diseño bioclimático como la orientación del edificio en función de las corrientes de viento o el tamaño de las ventanas, se reduce la necesidad de incorporar aire acondicionado. También se instalan de manera generalizada griferías ahorradoras y se reutilizan las aguas lluvias para regar jardines”.
Para saber más: Diez preguntas para entender el crédito hipotecario
Diseño modular
En la línea de las prácticas de sostenibilidad, sigue la tendencia de diseñar edificios y casas a partir de módulos, es decir, piezas prefabricadas que se ensamblan en obra. Este sistema de construcción tiene como principal beneficio la reducción de residuos y la optimización de recursos y tiempo. “Independientemente de las áreas que tenga un proyecto, se busca construirlo a partir de modulaciones que evitan el desperdicio. Esto acaba con la práctica de subir material en el día y por la tarde bajar pedazos de ladrillo y cerámica”, explica Loaiza. Además, gran parte de los residuos que se generan es separada y transformada en materia prima para hacer adoquines de piso, bordillos de jardineras o separadores de carros.
Casas inteligentes
En la vivienda, los constantes avances tecnológicos se traducen en comodidad y seguridad. La domótica se generaliza con sistemas inteligentes que controlan la iluminación y acondicionamiento térmico del espacio, integrando diferentes electrodomésticos en un mismo control de mando que puede estar en el celular o la tablet. “La domótica está en auge para facilitar la vida de las personas porque la tecnología ha evolucionado y se integra a las viviendas con sonido, bombillos inteligentes, cerraduras digitales, cortinas eléctricas y más” indica Botero, El uso de cámaras de vigilancia que pueden ser monitoreadas desde cualquier dispositivo también es un recurso cada vez más popular. Resolviendo las nuevas necesidades de las familias, la tecnología en casa se ve impulsada por asistentes de voz, aplicaciones móviles y sensores inteligentes que potencializan su utilidad.
Hogares verdes
Edificios con fachadas verdes, jardines interiores, materiales a la vista en estado crudo y fibras y texturas naturales dan cuenta de la tendencia a armonizar la vivienda según el lenguaje de la naturaleza también en una dimensión estética. “La arborización de espacios comunes y viviendas abiertas hacia el paisaje nutren el diálogo entre arquitectura y naturaleza que se ha vuelto supremamente fuerte”, enfatiza Botero. Combinando sostenibilidad y estética, también se evita el gasto de materiales para acabados ornamentales y se favorece la exposición del concreto, el ladrillo, el metal o la madera en que originalmente se construye la casa. Los jardines exteriores también se popularizan como una opción que, además, le devuelve el verde a la ciudad. “Se convierte en un bosque vertical que tiene beneficios para la bioclimática del espacio. Una edificación que tenga plantas en la fachada funciona como aislante térmico y, además, acústico”. El interiorismo, por su parte, acompaña la arquitectura de la vivienda integrando fibras naturales y plantas de interior que oxigenan el espacio.
