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Ser el más rápido en el mundo del automóvil es una marca que ha perseguido un sinnúmero de fabricantes a lo largo de la historia. Desde aquellos primeros tiempos a comienzos del siglo 20 en los que alcanzar 80 o 100 km/h era toda una odisea, hemos llegado a los casi 400 km/h a finales del milenio anterior y ya la marca se encuentra en 490 km/h, establecida hace dos años por Bugatti con su modelo Chiron Super Sport.
Y es que estamos hablando de automóviles de producción, es decir los que se pueden comprar en un concesionario y conducir en vías abiertas, porque existen otros récords para vehículos terrestres, pero estos son construidos solo para este fin y no se venden al público. Naturalmente el costo del primer tipo de carros es estratosférico y solo se venden en cantidades limitadas. El valor es de varios millones de dólares por cada unidad.
Son varios los fabricantes empeñados en obtener el prestigio de llevar bajo su marca el récord del más veloz, Nombres como Pagani, Koenigsegg, SSC, Rimac, Bugatti y Hennessey son los que más están trabajando para batir el registro. Los franceses de Bugatti son entonces los poseedores actuales, pero este número podría caer en los próximos meses gracias al Venom F5, nacido en las entrañas de Hennessey luego de tres años de desarrollo.
Historia en los automóviles
Hennessey Performance es un pequeño fabricante afincado en Houston, Texas (EE. UU.), que comenzó su andadura en el mundo del automóvil hace 29 años de la mano de John Hennessey. En principio se dedicaron a mejorar las prestaciones de las carrocerías y los motores del grupo Chrysler, aunque también trabajan con Porsche, Bentley, Jeep, Chevrolet, Lexus, Ford y Nissan.
Desde 2007 están trabajando para construir su propio automóvil y han presentado algunos prototipos que mostraban lo que sería su primer modelo propio, que acaba de ver la luz en su versión definitiva y con el que planean celebrar el aniversario número 30 de la compañía estableciendo el récord como el auto de producción más rápido del mundo.
F5, el veneno de Hennessey.
Bajo el nombre Venom (veneno) F5, se presentó la semana anterior este modelo, diseñado por Nathan Malinick y del cual se producirán 24 unidades, de las cuales ya un poco más de la mitad encontraron cliente. El costo de cada una es de 2,1 millones de dólares y cada propietario podrá personalizarlo a su gusto.
El motor sí será el mismo para todos, se trata de un propulsor central trasero denominado “Fury” (furia) por la marca. Fabricado a mano, pesa 280 kilos, tiene un bloque de hierro fundido y culatas de aluminio con ocho cilindros en V, dos turbocompresores y 6.6 litros de desplazamiento. Produce 1.817 caballos de fuerza a 8.000 revoluciones por minuto y tiene 1.617 Newtons – metro de torque. La caja es semiautomática de siete velocidades con mandos en el volante, firmada por CIMA, y la potencia va a las ruedas traseras. El motor va incrustado en una carrocería en fibra de carbono ultraligero que solo pesa 1.360 kilogramos, lo cual ayuda a sus prodigiosas cifras de 1,34 caballos por kilogramo, la mejor relación peso/potencia para un carro de calle.
En el interior todos los instrumentos y el volante, tipo Fórmula Uno, hacen ver la cabina del F5 como la de un avión de combate, con lo mínimo para evitar distracciones innecesarias pues según Hennessey, a 500 km/h se es más un piloto que un conductor. Los dos asientos, en fibra de carbono, están revestidos con pequeñas almohadillas de cuero Muirhead y espuma. La pantalla central es Alpine y mide nueve pulgadas. Los pedales son de aluminio sólido.
Los números
El Venom F5 alcanza así 100 km/h en solo 2.8 segundos, mientras tarda solo 4,9 en llegar a los 200 km/h, en 8.4 segundos ya va a 300 km/h y en 15.5 segundos alcanza la friolera de 400 km/h. La velocidad máxima se estima en 534 km/h, según comunica la marca en la voz del propio John Hennessey, quien ha supervisado personalmente todo este proceso de alta ingeniería. En marzo próximo intentará batir el récord mundial de velocidad para un auto de producción, evento que se hará con verificación independiente.
El evento tendrá lugar en el Centro Espacial Kennedy en Florida, utilizando la pista de aterrizaje de los transbordadores, que mide 4,8 kilómetros de longitud. En caso de no ser suficiente esa distancia, el registro se hará en una carretera cerrada al tráfico. La idea es que el Venom supere los 500 km/h en dos sets de velocidad con viento a favor y en contra.
Este intento será verificado por los expertos de Racelogic utilizando un GPS VBOX de altísima precisión. También habrá testigos independientes, invitados de la prensa especializada y los propios clientes de la marca.
Conducción en las calles
Por ser un automóvil de producción, el Hennessey Venom deberá ser apto para usarse en calle. Para ello tiene un trabajo de ingeniería que lo hace manejable y con una estabilidad y precisión de primer nivel. Los frenos deben ser carbocerámicos para poder detenerlo con seguridad. También tiene rines de aluminio forjado de 21 pulgadas en neumáticos Sport Cup 2 firmados por Michelin y amortiguadores adaptativos para mantener siempre el control del auto.
Según la demanda de velocidad y la vía por la que esté rodando, el Venom tiene cinco modos de manejo: Sport (Deportivo), Track (Pista), Drag (Pique), Wet (Mojado) y el modo F5, que es el que desbloquea la potencia máxima disponible y se recomienda solo para pista, en ambientes controlados y con unas manos entrenadas para domesticarlo porque es un carro intimidante, de respeto.
Solo resta esperar a las primeras entregas para verlo en las calles, lo cual rara vez ocurrirá pues por no llevar bolsas de aire su circulación será muy limitada en los Estados Unidos, que es donde se venderá el mayor número de unidades, y, por supuesto ver si en la prueba definitiva alcanza los soñados 500 km/h para llevarse un nuevo récord mundial a casa.