Aunque la vida de Barbie es color de rosa, la de su creadora Ruth Handler poco llega a parecerse al mundo fantasioso que inventó hace más de 50 años para la muñeca, que atraviesa un pico de popularidad por cuenta del estreno, este 20 de julio, de la película dirigida por Greta Gerwig y protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling.
Si bien Handler revolucionó la industria de los juguetes con la icónica figura rubia de curvas perfectas ―que con el tiempo fue haciéndose más diversa― y amasó una gran fortuna por cuenta de ella, ese éxito se vio eclipsado por sus líos con la justicia y su lucha contra el cáncer de mama.
Ruth Handler nació en 1916 en Colorado, Estados Unidos, y era la menor de 10 hijos. Sus padres, migrantes polacos, llegaron a Norteamérica buscando un mejor futuro y lo estaban logrando, pero la muerte de su madre por problemas de la vesícula cambió los planes de la familia.
Como era la más pequeña, Ruth quedó en manos de Sarah, una de sus hermanas mayores que hacía poco se había casado. Junto a esa nueva familia, la pequeña conoció el valor del trabajo ayudando en el emprendimiento familiar y fue allí también donde conoció a quien sería su compañero de vida: Elliot Handler.
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Ruth y Elliot se casaron en 1938, cuando ella apenas tenía 19 años. Luego, se mudaron a Los Ángeles a una humilde habitación sobre una lavandería, donde Elliot comenzó a hacer artesanías que luego su esposa vendía. El negocio fue creciendo hasta que se hicieron socios de Harold Mattson y, según el libro Historias de grandes éxitos, Ruth se inspiró en un juego de palabras con los nombres de ambos para llamar a la empresa de juguetes que fundarían tiempo después: Mattel.
Mattson se retiró tiempo después y Mattel quedó en manos de la pareja que no empezó creando muñecas. Los primeros juguetes que la marca creó eran casas de muñecas hasta que, en un viaje a Suiza, la mujer encontró inspiración para crear lo que luego sería Barbie.
En ese viaje a Europa, Ruth descubrió a Bild Lilli, un maniquí de 27 centímetros que se vendía como un juguete para adultos con una melena rubia y sedosa, mirada coqueta y curvas pronunciadas que fue inspirada por un personaje femenino –muy sexualizado– de cómic del periódico alemán Bild-Zeitung.
Inspirada en Lilli y en su hija Bárbara, quien no jugaba con muñecas de trapo sino con muñecas de papel recortables (mariquitinas) con las que fantaseaba una vida adulta, Ruth dio paso a la idea que hoy es el imperio Barbie.
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Aunque la empresa no vio con buenos ojos la idea, la mujer insistió en la creación de la muñeca, cuyo primer modelo de plástico era el de una mujer rubia con gafas oscuras y un traje de baño a rayas. Y se llamó Barbie, por su hija, Bárbara, la primera en usarla.
Pero la muñeca tuvo una serie de modificaciones en su mirada y figura. Además, desde el comienzo tuvo un peluquero y un diseñador de moda que le confeccionó todo un guardarropa a la medida.
Con el prototipo listo, mandó a fabricar el primer lote en una empresa japonesa que creó a la muñeca con ojos rasgados, por lo que fue devuelta. Después, con las especificaciones correctas, Barbie fue presentada en la Feria de Juguetes de Nueva York, en 1959, y fue un éxito: se vendieron más de 300.000 figuras de la muñeca que, en un comienzo, transmitió la idea de que “las niñas no quieren ser mamás”, pues las muñecas de la época estaban diseñadas para jugar a la maternidad.
Los dramas que marcaron su vida
Tras el triunfo en el lanzamiento de Barbie, la vida de Ruth se vio enmarcada por el drama después de que en 1970, tras ser sometida a una mastectomía, le detectaron cáncer de mama.
Pero esa enfermedad no acabó con su espíritu creador, por el contrario, la inspiró para crear las primeras prótesis mamarias después del traumatismo que implica la extirpación de un seno.
Por si fuera poco en 1974, Ruth y su esposo fueron expulsados de su propia empresa tras ser acusados de fraude.
“La Comisión de Bolsa y Valores (SEC), encontró culpable a Ruth al entregar un informe falso. Se le sentenció con una multa de 57.000 dólares y con 2.500 horas de servicio a la comunidad”, contó Marlene Wagman-Geller en su libro Women who launch: The women who shattered glass ceilings.
Sin embargo, la mujer no se doblegó ante la traición y fundó nuevas empresas, con las que siguió manteniendo su imperio rosa. Finalmente, Ruth Handler falleció en 2002 por complicaciones en una cirugía de su tratamiento de cáncer de colon. Tenía 85 años, su vida terminó, pero su legado continúa con la icónica muñeca que se ha transformado con el paso de los años y ha reivindicado el rol de la mujer en todos los escenarios, como dice su eslogan: siendo “lo que quieras ser”.