Los enferma y pueden morir , se tornan agresivos o mostrar de los más extraños comportamientos. El estrés en gatos hogareños.
Es un problema común, que se da por múltiples razones como la escasa y difícil interacción con las personas con las que vive, por un ambiente pobre en estímulos y por la presencia inadecuada de otros gatos.
Depende, como en todo, del ambiente en el que vive y de temperamento que está determinado por el genotipo, pero también se sabe que gatitos con padres más juguetones son más amistosos. E influiría según algunos autores el color de la piel y la raza.
Los persas y siameses son más interactivos y juguetones que los gatos comunes, mientras los bengalí son más agresivos hacia personas. Los rojos tienden a ser más agresivos y los de piel oscura más sociables según estudios que no han podido ser replicados.
En un mundo en el que los gatos son el principal animal de compañía, así haya más perros, tendencia creciente, conocer qué los estresa y cómo tratarlos ayuda a reducir serios problemas.
De eso trata un extenso artículo de Marta Amat, de la Universidad Autónoma de Barcelona y colegas, publicado en el Journal of Feline Medicine and Surgery, que la autora entregó a El Colombiano.
Socialización
El estrés, cuando es duradero, afecta la salud del individuo y los cambios de comportamiento molestan a las personas, por lo que situaciones derivadas del estrés son una causa común de eutanasia en perros y gatos. Pero además son crecientes las evidencias de enfermedades serias.
La experiencia temprana de los gatos es fundamental. Ellos comienzan a socializar a las 2 semanas y finalizan ese periodo hacia las 7 semanas. La experiencia en ese breve periodo es duradera en su desarrollo y comportamiento. Y a más atención y más personas manejándolos, mejor.
Así, los que en ese periodo sean tratados por humanos serán más amistosos hacia ellos. Los criados por una madre con experiencia y que sean destetados más tarde desarrollan menos problemas de comportamiento.
También varios estudios han mostrado que los gatos adquiridos en tiendas de mascotas tienen más dificultades, tal vez por la falta de una buena estimulación.
El estrés
Con esas explicaciones sobre el temperamento y la socialización, ¿qué puede provocarles estrés en una casa?
Entre las principales causas figuran cambios ambientales, un ambiente pobre y una escasa relación con las personas, y el conflicto con otros gatos
La novedad es estresante por sí. Cambios en el ambiente físico así como la llegada de nuevos miembros a la casa o el cambio de rutina puede derivar en estrés.
Cuando el ambiente es escaso en oportunidades para expresar su comportamiento normal puede afectarlo, mientras que estrategias de enriquecimiento ayudan.
Es que un gato fuera de la casa explora su territorio y caza y la imposibilidad de realizar esas actividades dentro de la casa en un ambiente pobre puede estresarlo.
La relación con los humanos es otro factor. Puede deberse a la socialización deficiente en aquel periodo de su vida o a un mal manejo, infligiendo castigos por ejemplo.
Hay que considerar que los gatos arañan objetos como medio de comunicación y para mantener en buen estado sus garras.
Una situación que es más frecuente entre quienes conocen poco del comportamiento de estos felinos.
Cuando llega un gato nuevo o se reintroduce otro que había salido por un problema médico puede haber disputa territorial o agresión.
Se puede presentar una competencia por los recursos, como el plato donde se alimentan o el sitio de descanso. Y puede orinar o defecar en sitio inadecuado porque el otro gato impide el acceso a la caja con la arena.
Uno de los principales factores psicológicos de incremento del estrés es la percepción de falta de control y de impredecibilidad. Es decir, por cambios en la rutina de crianza o una inconsistencia en la reacción de las personas al comportamiento del gato.
Enfermos
Cuando el minino está estresado, su sistema inmunitario falla y puede contraer alguna infección. Esta condición parece tener un papel importante en la reactivación del herpesvirus felino, una causa de problemas respiratorios. Los gatos estresados tienen una probabilidad 5 veces mayor de desarrollar infección del tracto respiratorio superior.
El estrés se asocia con problemas gastrointestinales como vómito y diarrea al alterarse la integridad de la barrera intestinal.
Incide también en el desarrollo de la cistitis intersticial felina, el diagnóstico más común en gatos con enfermedad del tracto urinario bajo.
Y existe una conexión clara entre la piel y el sistema nervioso. Algunas enfermedades dermatológicas como la dermatitis atópica son afectadas por el estrés, que puede perpetuar el prurito.
Comportamiento
Aparte de todo eso, la conducta del felino también se afecta y se puede esconder por largos periodos, jugar menos, reducir su conducta exploratoria y mostrarse menos afectivo. Son comportamientos difíciles de percibir por las personas.
Pero uno de los problemas más serios es la anorexia que puede derivar en la fatal lipidosis hepática, común en gatos con sobrepeso que dejan de comer por estrés. Este puede inducir la neofobia a la comida, más frecuente en gatos a los que se les da un alimento nuevo en un ambiente estresante. O, incluso, puede provocar polifagia.
Y pueden exhibir conductas compulsivas, como el síndrome de hiperestesia felino, la alopecia psicogénica y la pica. En el primero tienen estallidos breves de comportamiento inusual, como arañar, correr, acicalarse en exceso, además de salivación, vocalización y descontrol urinario. En la segunda se pelan el vientre por lo general. Y en la tercera comen cosas que no son alimento.
También se afecta el marcaje de territorio con orina, pudiendo orinar con mayor frecuencia y se presenta en ocasiones la agresión redirigida: atacar un estímulo diferente al que lo motivó a agredir.
Reducción
Como la situación puede ser delicada por la salud del felino y los inconvenientes que se generan en la relación con quienes cohabita, ¿cómo reducir el estrés?
Para Amat y colegas en lo posible se debe remover el estímulo estresante, lo que no siempre es posible. Si el problema es con otro gato, se debe aplicar un protocolo de reintroducción: habituación olfativa, habituación visual y habituación al contacto directo.
Enriquecer el ambiente, pero de manera gradual para no generar más estrés por el cambio en el ambiente. Un enriquecimiento que debe incluir un lugar seguro, esconderle alimentos para que los busque, un espacio vertical y buenos artefactos para arañar.
Y si hay varios gatos en casa, distribuir bien los recursos, con una caja de arena por cada gato. Y si estos no son obesos, dejar el alimento a voluntad.
Eliminar, de tajo , cualquier tipo de castigo.
Así, su gato podrá vivir sin estrés o podrá tratarlo a tiempo.