El proceso de negación del envejecimiento es cada vez más frecuente en nuestra sociedad. En las mujeres suele presentarse más como una búsqueda de la cirugía estética y en los hombres como una búsqueda desesperada de la forma física, haciendo deporte exhaustivamente. ¿Cómo evitar ese sufrimiento por envejecer? Con la aceptación del envejecimiento y de sus consecuencias, dicen los expertos.
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El profesor de psiquiatría Javier García Campayo cuenta en su último libro Adiós al sufrimiento inútil que nuestros antepasados no tenían crisis psicológicas relacionadas con la edad, como sí las tenemos actualmente, favorecidas en muchos casos por un alargamiento de la esperanza de vida, así como por el desarrollo de las nuevas tecnologías, o el nivel de vida actual.
En el caso de la crisis de los 40, la más común y la más fuerte, según el experto, es fruto de expectativas desarrolladas sobre lo que se quiere conseguir para la vida. El psiquiatra asegura que no a todas las personas las afecta por igual y menciona que esta se justifica en la frustración por no haber logrado determinados objetivos y en una especie de negación ante el hecho de estar cada vez más cerca de la vejez.
“Se junta todo a los 40. Esa frustración por las expectativas no cumplidas y el darse cuenta de que la juventud se está perdiendo. Más o menos nos sucede a todos, pero el afrontamiento es variable”, agrega.
En cuanto a la de los 50, esta podría tener más relación con las transformaciones físicas y psicológicas que trae el proceso de envejecimiento, y generalmente también se asocia con el aspecto laboral. En esa etapa es más común desarrollar acciones a nivel social o espiritual con el fin de dar sentido a la cotidianidad. Y en los 60 viene la pregunta por el legado, al tiempo que, en la mayoría de los casos, se está iniciando el proceso de jubilación laboral.
Lo que resalta el experto es que cada persona vive estos cambios de manera diferente, por lo que puede haber algunas que experimenten esta crisis en las edades mencionadas, mientras que otras no, o solo tengan una de ellas. “En general, estas crisis tienen que ver con la clara consciencia de la finitud de la vida, de la impermanencia que caracteriza al mundo. Esto nos lleva a preguntarnos por el sentido de la existencia y cómo poder dárselo”, explica García.
Para abordar estar situaciones son varios los consejos que brindan los especialistas. Uno de ellos es aceptar y explorar los sentimientos que vienen con estas crisis; buscar apoyo, ya sea en familiares, amigos o profesionales de la salud; realizar actividades que impliquen socializar con otros y cuidar el bienestar físico y mental con hábitos saludables como una buena alimentación y ejercicio físico constante.
* Con información de Europa Press