¿Recuerda cuando sus papás le cuidaban mientras jugaba con sus amigos en la calle o montaba bicicleta? También estaban pendientes si se encontraban en un lugar público, le cogían de la mano y hasta le explicaban que allí había muchas personas y era necesario mantenerse juntos. Quizás, también puede acordarse de esa vez que le llamaron la atención por perderse y olvidar contar que iría a determinado lugar. Eran sus espacios para entretenerse, estar con sus amigos, hacer deporte... Conocer el mundo.
Ahora piense en sus hijos. La pandemia ha desdibujado esos encuentros físicos y ellos permanecen más conectados de lo habitual. Internet es como ese parque de diversiones concurrido, ¿cómo protegerlos allí?
Los riesgos digitales son tan reales que la psicóloga social Sonia Livingstone, profesora en la Escuela de Economía de Londres y referenciada por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), los ha clasificado en tres categorías: riesgos de contenido, conducta y contactos.
Los primeros se presentan cuando los niños están expuestos a contenidos inapropiados para su edad, como imágenes pornográficas. El Icbf, a través de su página web, asegura que dicho contenido puede aparecer en ventanas emergentes, es decir, de forma automática y al navegar en internet.
Los riesgos de conducta se dan cuando la niña o el niño participa en un contacto que puede terminar siendo peligroso o generar un contenido riesgoso. Según define el Icbf, se considera sexting al envío de mensajes, fotos o videos con contenido erótico y sexual.
Y los riesgos de contactos se presentan cuando un pequeño tiene una interacción o comunicación riesgosa con una persona. El grooming, explica el Icbf, son las acciones con fines sexuales de las que son víctimas los niños en el entorno digital.
Sobre cómo los agresores utilizan los entornos digitales para manipular, abusar y explotar a los niños, Judy Benavides, gestora de Incidencia de Red PaPaz, explica que, inicialmente, esas personas se ganan la confianza del menor de edad —lo cual facilita el secreto y el no reporte de la situación—, obtienen información que está publicada en las redes sociales —el colegio, la ciudad, el barrio— o tienen conversaciones privadas con ellos a través de las redes sociales o los juegos en línea.
“Pueden empezar por la manipulación, es decir, sin amenazas, o si ya la estrategia no funciona, empiezan a amenazarlos con la información que ya tienen: con hacerle daño a la mascota, a los papás; con llegarles al colegio y hacerles algún escándalo, que son situaciones que incomodan y atemorizan a los niños, y ellos terminan accediendo a algunas de las peticiones”, argumenta la experta.
Añade que el mayor peligro radica en la explotación sexual, pues los agresores los presionan para generar contenidos sexuales e incluso tener encuentros sexuales. Benavides concluye que, a partir de la información obtenida, esas personas amenazan, engañan y extorsionan.
Este diario consultó en Red PaPaz y el Icbf sobre cómo los padres y los adultos que acompañen la crianza pueden proteger a los niños en internet. Estas son algunas ideas para que estén conectados de forma segura y responsable.
- Sea consciente de cómo debe ser el acceso a la tecnología, a internet y a las redes sociales según la edad.
Benavides considera que, aunque los padres son las personas que mejor conocen a sus hijos y tienen más criterio sobre el momento en el que pueden comenzar a usar pantallas, internet o redes sociales, hay unas recomendaciones para rangos de edad: para menores de 3 años se aconseja que no haya pantallas, y para los menores de 6, que no haya videojuegos. El uso de internet se recomienda a partir de los 9 años y el de redes sociales hasta los 13 años.
- Construya una relación de confianza.
Pídale que le cuente cualquier situación incómoda que le ocurra en el computador, la tableta o el celular. En esa línea, en caso de que el niño o la niña se sienta triste, asustado o confundido, o haya actuado de manera no segura en internet, explica Unicef, el menor de edad podrá recurrir a usted en búsqueda de soluciones. “El mejor canal de prevención siempre va a ser el de la comunicación que, como adulto, establezca con la niña o el niño a mi cargo”, dice Benavides.
- Hable cotidianamente sobre internet.
Benavides plantea temas como el influenciador o youtuber que está de moda o el video viral del día. El Icbf sugiere interesarse por los gustos y las actividades de sus hijos en la web —y no hacer señalamientos ni acusaciones—. En ese sentido, agrega Benavides, puede preguntarle a su hijo qué hace el influenciador al que sigue, con el fin de conocer qué tipo de contenidos está consumiendo y saber si es apto para él o ella.
- Conozca cuáles redes sociales usa su niño.
“Si son amigos de sus hijos en esas plataformas, mejor aún”, comenta la vocera de Red PaPaz. Añade que los padres deben asegurarse de que sus hijos tengan privadas sus cuentas de redes sociales, y “que publiquen solo aquello que consideren que es publicable y lo puede conocer todo el mundo”. En este punto, recomienda el Icbf, se requiere establecer acuerdos sobre los contactos que se pueden agregar a sus cuentas de redes sociales (familiares, compañeros y amigos del colegio, por ejemplo).
- Propicie conversaciones preventivas.
Daniel Andrés Gavalo, referente técnico nacional para la prevención de riesgos digitales del Icbf, citado por el instituto, explica: “Pídales, por ejemplo, que le enseñen a abrir una cuenta en una red social y vaya haciendo preguntas que le permitan identificar posibles riesgos como: ¿Y tú cómo agregas nuevos amigos?, ¿qué hago si alguien que no conozco chatea conmigo?, ¿qué debo hacer si esa persona me pide que le envíe una foto?”.
- Enseñe a reconocer los riesgos en los entornos digitales.
El Icbf recomienda hacer un acompañamiento a su hijo mientras navega en internet. Señala que de esta manera, en caso de que llegue a ver un contenido inapropiado, podrá explicarle al menor de edad por qué dicho contenido no es adecuado.
Benavides recomienda a los padres decirles a sus hijos que si una conversación, una petición o cualquier interacción empieza a generarles malestar o incomodidad es porque algo no está bien, y deben comunicarlo. “Puede tratarse de una situación ilegal. Es importante empezar a generar esas restricciones de interacción con este tipo de contacto”, advierte.
- Acompañe permanentemente a sus hijos durante las clases en línea.
Benavides cuenta que a la línea virtual www.teprotejo.org han llegado casos en los que reportan la aparición de contenidos sexuales en los espacios educativos. La vocera de Red PaPaz asegura que esas acciones buscan “normalizar la conducta sexual entre los más pequeños y exponerlos a que ellos empiecen a producir esos contenidos”.
- Revise qué hacen en internet y durante cuánto tiempo.
Seguir las restricciones horarias específicas sobre la exposición a las pantallas se dificulta en la pandemia, pues los niños están recibiendo clases virtuales. En este contexto, Benavides recomienda ir más allá de la cantidad de horas que los hijos están conectados, y revisar qué están haciendo en línea y la cantidad de tiempo que ocupan en ciertas actividades. Puede acompañarlos durante la navegación o implementar herramientas de control parental (lea más información abajo).
- Aclare las diferencias entre las informaciones pública, privada e íntima.
Según Gavalo, es importante que los niños comprendan “cuál es la información privada que solo deben compartir con unas cuantas personas (familiares y amigos cercanos) y cuál es la información íntima que solo les pertenece a sí mismos y que no deben compartir en redes sociales o internet”. Para Unicef, una regla de seguridad en internet es que consulten a sus padres antes de enviar información personal.
- Infórmese sobre los riesgos que hay en las redes sociales y en otras plataformas de internet, y cómo pedir ayuda.
Luego, afirma Benavides, converse con la niña o el niño sobre dichos riesgos y los contenidos a los que podría estar expuesto según la edad. Añade que se debe hablar con ellos, además, sobre qué se puede hacer en caso de que suceda un evento así, como usar los canales de reporte o las líneas telefónicas de ayuda (lea más información abajo).
Por su parte, el Icbf precisa que puede dialogar con el menor de edad sobre actitudes sospechosas, como que contactos desconocidos le pidan fotos o datos personales, o los inciten a hacer un acto sexual.
- Explíqueles cómo pueden identificar perfiles falsos en las redes sociales.
“Ojalá no acepten personas desconocidas en las redes sociales, pero muchas veces pasa que, por la etapa en la que están, quieren conocer gente, tener interacción con personas diferentes, y pues internet ha facilitado eso, entonces ahí está el tema de identificar esos potenciales perfiles de agresores”, comenta Benavides.
Precisa que hay perfiles evidentemente falsos: tienen la foto de un famoso y pocas fotos, sus nombres son extraños, no coincide la información de su rostro con la de su nacionalidad, o pueden ser cuentas creadas recientemente y con pocos contactos. No obstante, aclara que se han conocido “muchos agresores que crean perfiles que son muy veraces”.
Por lo general, detalla el Icbf, tienen fotos en grupo —para no facilitar su identificación—, actualizan cada 20 días o cada mes, solo se conectan en la noche y su lista de amigos suele estar integrada por niños (raramente tienen adultos agregados).
- Conozca a quienes interactúan con su hijo en la red.
La representante de Red PaPaz subraya que los padres deben conocer a las personas con las que este se relaciona en internet, cuáles son sus edades, por ejemplo. Recuerda que se trata de hacer lo mismo que se acostumbra en los entornos físicos, como conocer los amigos del colegio y las demás personas que le rodean en el día a día. Tenga presente que una de las reglas de seguridad en internet, según Unicef, es que los niños no se encuentren físicamente con personas que hayan conocido en línea.
- Preste atención a las plataformas de videojuegos.
Benavides explica que, usualmente, a través de dichas plataformas se contacta a los niños para acciones como el grooming, en la que un adulto seduce y manipula al menor de edad para generar contenido sexual. Dice que algunos agresores les envían elementos de juego a cambio de fotos desnudos.
- Use herramientas de control parental en los dispositivos tecnológicos.
Podrá asegurar que navegarán aplicaciones específicas y conocerá su comportamiento en línea. El Icbf recomienda utilizar aplicaciones como Screen Time, Kids Place, ESET Parental Control, Family Time y Qustodio. “Todas las herramientas de protección van a ser siempre muy importantes”, opina Benavides, afirmando que está a favor de dichas aplicaciones.
En ese sentido, recuerda que las empresas que venden el servicio de internet están en la obligación de ofrecer un paquete de contenidos para la familia, que cuenta con sus controles parentales. Realice configuraciones de seguridad en los dispositivos, como el bloqueo de las ventanas emergentes, que pueden tener contenido desagradable, y de páginas web con contenido para adultos o de sitios no seguros.
- Explore opciones de control parental desde las cuentas de redes sociales de sus hijos.
Benavides menciona que Instagram, Facebook y TikTok tienen funciones para que los padres puedan bloquear ciertos contenidos o los mensajes directos. Comenta que, por ejemplo, TikTok permite que el padre o la madre vincule su cuenta personal a la de su hijo (a), y así pueda bloquear mensajes inapropiados. La experta recuerda que en estos espacios ya puede haber interacciones con terceros que pueden ser potencialmente desconocidos.
- Esté atento a las señales de advertencia sobre posibles casos de abuso sexual en entornos digitales.
El Icbf enumera algunas: aumento o disminución notoria en el uso de los dispositivos; enojo, disgusto o tristeza frente a lo que ocurre en los equipos tecnológicos; perfiles de redes sociales cerrados o nuevas cuentas; el niño (a) evita situaciones sociales —incluyendo las que disfrutaba— o se vuelve retraído, se deprime o pierde interés en personas y actividades. Además, Benavides subraya que se deben tener en cuenta cambios repentinos en el comportamiento, como dejar de comer, hablar o salir.
- Ante un caso o sospecha busque ayuda y denuncie el hecho ante las autoridades.
Puede comunicarse a la Línea 141, del Icbf, o a la Línea 123. También puede reportar la situación en el Cai virtual o en las aplicaciones o páginas web de Te Protejo o A denunciar.
El Icbf recomienda no intentar confrontar al menor de edad. Por su parte, Benavides explica que no se debe contactar al agresor ni responder a sus provocaciones o extorsiones, y si es necesario se sugiere abrir nuevas cuentas. Al respecto, aclara que no se debe eliminar aquella cuenta en la que se presentó el caso ni demás medios por los que se haya tenido contacto, pues “son válidos como material probatorio para una potencial denuncia”. Añade que los pantallazos no funcionan porque son editables.
Finalmente, asegura que es ideal que el caso se convierta en un tema de comunicación diaria, pero no se aborde desde la sanción. Sugiere entonces “hablar de los riesgos, tomar medidas de prevención y pensar qué se puede hacer para que eso no vuelva a ocurrir”.