La flor de la burundanga (Brugmansia) crece mirando al suelo, con vergüenza, como si supiera para qué puede ser utilizada. También la llaman trompeta de ángel, borrachera, cardo cuco o, directamente, escopolamina. De esta planta, muy común en Colombia, México y países andinos, se extrae esa sustancia química que puede ser empleada con fines delictivos por los efectos que tiene en el organismo. Sin embargo, es cierto que no es la única. La escopolamina puede encontrarse en varios géneros de la familia de las solanáceas, por ejemplo, la belladona, los beleños, los estramonios y las mandrágoras.
El uso de esta sustancia como dispositivo para facilitar hurtos y agresiones sexuales ha aumentado este año en el país. En Antioquia, de acuerdo con datos de la Policía Nacional, han sido registrados hasta la fecha un poco más de 262 robos asociados a ella, lo que quiere decir decir que han habido al menos 88 casos más que en el mismo periodo del año pasado.
A inicios de este año (2022), cuando ya se percibía un alza en las estadísticas, el coronel Rolfy Jiménez, comandante (e) de la Policía Metropolitana del Aburrá, le comentó a EL COLOMBIANO que esta modalidad de robo, sobre todo en Medellín, está ligada al hurto de residencias y personas, siendo los ciudadanos extranjeros el blanco preferido por los delincuentes.
Conózcala mejor
La escopolamina es una sustancia química, del tipo alcaloide (se encuentra en algunos vegetales, siendo un estimulante natural, potencialmente venenoso), que puede tener efectos diversos en el organismo, desde amnesia hasta taquicardia.
De acuerdo con explicaciones de Gabriel Restrepo Chavarriaga, coordinador del posgrado en Toxicología Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, aunque la escopolamina puede generar en los humanos pérdida de la voluntad a raíz de una especie de delirio, también puede generar agitación psicomotora, pupilas dilatadas y aumento de la temperatura corporal.
En este sentido, los relatos de las víctimas —que incluyen un alto grado de somnolencia— no son del todo coherentes con los cambios que puede generar esta sustancia. Esto último se explica a partir de que la escopolamina suele ser mezclada con sedantes de la familia de las benzodiacepinas. “De hecho a veces ni se trata de escopolamina”, continúa el toxicólogo Héctor Julián Pérez Madrid, de la misma institución. “Su uso tiende a ser menos común porque sus efectos son impredecibles, incluso hay personas que pueden tornarse agresivas, difíciles de manipular y eso no es conveniente para los delincuentes”.
Bien sean sedantes o escopolamina como tal, ambos pueden disolverse en líquidos o ser depositados en alimentos. Y ojo: ingiriéndola es la única manera en que puede tener impacto en el individuo. Son mitos aquellos que señalan que puede ser untada en el cuerpo o soplada al rostro.
“Lo que pasa es que la amnesia que se produce abarca incluso una hora antes de haber ingerido la sustancia, entonces como la víctima no recuerda qué fue lo que pasó antes, empieza a hacer conjeturas, pero siempre, debe haber sido ingerida”, complementa el toxicólogo Pérez.
Su uso, coinciden ambos expertos, suele ser común en bares, pues puede ser fácilmente depositada en bebidas dulces —que camuflan muy bien el sabor— o en alimentos.
Sus efectos y qué hacer
Como ya se enunció, los efectos pueden ser múltiples y comienzan a aparecer al rededor de 15 minutos después de ingerida la sustancia. “El efecto pleno demorará dependiendo de qué haya sido exactamente lo que ingirió la persona”, resalta Pérez, en tanto también podría tratarse de algún tipo de sedante adicional.
Siempre cuide sus bebidas y tenga cuidado con las personas desconocidas que le ofrezcan líquidos o alimentos. Si está solo, sepa siempre a quién acudir por si algo sucede.
Ahora bien, aunque los síntomas pueden ser muy inespecíficos, es importante que inmediatamente comience a sentirse extraño, si tiene dificultad para hablar, coordinar algunas ideas o presenta pequeñas fugas de memoria, se acerque a alguna autoridad, bien sea a personal de vigilancia o a una persona de confianza, y le comente que usted sospecha que le dieron alguna sustancia, que no permitan que se parche con nadie y que por favor llamen a alguno de sus contactos.
“Es sobre todo eso, porque los efectos son bien impredecibles, ante una sensación extraña o alteraciones en la memoria o el lenguaje, de inmediato debe asistirse a una sala de urgencias”, complementa Pérez.
No obstante, tenga en cuenta este matiz: si lo que le dieron a ingerir fue un sedante de benzodiacepinas sin mezclar con nada más, podrá tener amnesia en el momento del evento y recuperarse luego sin secuelas, pero si lo que le dieron fue escopolamina (la dosis tóxica en adultos es de 100 mg, a partir de ahí es posible presentar consecuencias adversas), sí puede haber un deterioro cognitivo posterior: secuelas en la memoria, en la capacidad de calcular, comunicarse o poner en orden su pensamiento. Este tipo de efectos pueden durar años o quedar permanentes, es decir, para toda la vida.
Ante cualquier síntoma, acuda al médico.