Claro que saben su nombre, pero se hacen los desinteresados.
Un estudio japonés publicado en Scientific Reports sugiere que los gatos sí reconocen sus nombres y lo manifiestan con un simple movimiento de cabeza y orejas.
A esa conclusión llegaron Atsuko Saito, una bióloga cognitiva de la Universidad de Tokio y colegas, que visitaron 11 hogares con gatos (Felis catus) y les preguntaron a los dueños leer una lista de 4 nombres a su animal. Las palabras tenían la misma longitud y ritmo que el nombre del minino.
La mayoría mostró señales sutiles de que ponían atención, moviendo orejas y cabeza, pero hacia la cuarta palabra habían dejado de escuchar y su respuesta física fue menos notoria. Cuando sus dueños dijeron una quinta palabra, el nombre del gato, los investigadores prestaron más atención a la respuesta del felino.
De los 11, 9 mostraron una mayor respuesta, aunque también algo sutil. Esto solo no muestra que sí reconocen cómo los llaman, pues podría tratarse de un vocablo que escuchan con mayor frecuencia.
Para verificar, los investigadores repitieron el experimento en hogares que tenían 5 o más gatos. Esta vez, las primeras 4 palabras eran los nombres de los otros gatos y la quinta el nombre del gato al que se dirigían.
De los 24, solo 6 se desentendieron pronto de los nombres, pero sí mostraron mayor atención cuando se pronunció su nombre.
En otro experimento en un cat-café, donde los clientes miran y juegan con los animales, 3 de 9 mostraron mayor respuesta a su nombre.
Para investigadores como Jennifer Vonk, citada en Nature, los experimentos son evidencia de que sí entienden su nombre.
John Bradshaw, de la Universidad de Bristol, biólogo especialista en interacciones humanos-animales cree que los gato son entienden el lenguaje humano sino las pistas o señales en los sonidos.
“Los gatos son tan buenos como los perros para aprender, solo que no son tan dispuestos para mostrar lo que han aprendido”, explicó Bradshaw.