He visto a muchos padres hipotecar sus casas para que sus hijos corran. Es verdad que hay buenos equipos y dirigencia, pero sigue faltando mucho más apoyo de la empresa privada, porque son cientos los muchachos que quieren alcanzar su sueño y no pueden porque no hay cómo patrocinar a tantos talentos.
La Federación tiene programas y trabajo, pero hay que intensificar el apoyo. En lo deportivo, nos falta ganar el oro en ruta de Juegos Olímpicos.
Egan tiene virtudes: es educado, sencillo, respeta las jerarquías del equipo y trata bien a sus compañeros, además de que entiende las claves del ciclismo: es hábil porque fue ciclomontañista, maneja el viento, los terrenos, la carretera. Pero sobre todo se cultiva: ayer sorprendió a todos agradeciendo su triunfo en cuatro idiomas. Nos deja descrestados con su mentalidad positiva. Y no se cree grande ni el más, es colaborador y tiene sentido de equipo.
Sin duda, su triunfo afianzará más al ciclismo colombiano. Será otro gran referente para los niños y jóvenes.
Ahora, con corredores así, responsables y profesionales, los equipos de Europa quieren tener a un colombiano en sus filas. Él abre puertas. Hay presente y hay futuro. Lo importante es llevar y mostrar ese talento fuera del país.
