El panorama que muestra el Banco Mundial es razonable. De todas maneras, la pobreza extrema en Colombia cayó al acelerar el crecimiento hasta 2015. Sin embargo, la desigualdad no ha mejorado. No todo va en la buena dirección. Lo que significa que uno puede reducir pobreza extrema sin reducir desigualdad.
Como política pública debería buscarse un crecimiento pro-pobre que permitiría al mismo tiempo reducir pobreza extrema y desigualdad. Se trata de un crecimiento económico que beneficia a los pobres, con capacitación y trabajos apropiados para ellos.
En el Plan de Desarrollo se mantiene el programa de familias en acción, aunque se reduce la cantidad de subsidio. Hay un énfasis en la reducción de pobreza extrema urbana, pero hay poco en la zona rural. Inclusive las metas de desarrollo rural son poco ambiciosas. Es más fácil, desde el punto de vista de instrumentos hacer una política en las ciudades.
La medición de pobreza extrema del Banco Mundial se hace desde el punto de vista de ingresos. El crecimiento económico la reduce, si la medida es otra (multidimensional), otros son los resultados y las políticas.