“Voten por amor a Colombia y no por odios a una persona o un partido. No saltemos al vacío”, así termina un video de casi diez minutos de Miguel Cortés, presidente del Grupo Bolívar, uno de los más importantes grupos empresariales del país, con más de setenta años de historia y con empresas destacadas como Constructora y Seguros Bolívar y el banco Davivienda. No era necesario que mencionara a un ningún candidato en particular porque se entendía quién era el destinatario de este mensaje.
El video, que difundió de manera interna entre los trabajadores de la compañía, llama poderosamente la atención por venir de un ejecutivo de las calidades humanas y profesionales de Miguel Cortés Kotal, que asumió las riendas del Grupo Bolívar hace más de una década, y el legado de su padre, el empresario José Alejandro Cortés.
En el mensaje, hace una reflexión sobre lo que está en juego en esta campaña electoral, enfatiza que “Colombia es la familia y la empresa que más debemos cuidar” y cita lo que pasó en Venezuela hace más de dos décadas con la llegada de Hugo Chávez al poder. La pobreza aumentó del 15 % a cerca del 80 % de la población, la producción de petróleo bajó de casi cuatro millones de barriles diarios a menos de un millón, se expropiaron cientos de empresas, la inflación se disparó a niveles récord, se perdieron miles de empleos y salieron más de seis millones de ciudadanos.
Este llamado de alerta refleja el temor de muchos empresarios colombianos por lo que pueda pasar en Colombia en un nuevo gobierno y si seguirá el mismo camino emprendido por nuestro vecino. Otros empresarios, como Mario Hernández, dueño de la prestigiosa marroquinería colombiana, o el gerente de Colanta, Sergio González, también han manifestado sus inquietudes.
A estas posiciones se sumaron gremios como la Andi, que les pide a los candidatos hacer énfasis en varios temas: superar el desempleo y la pobreza, que exigen abordarlos de manera urgente; poner en marcha una estrategia industrial y de comercio internacional, y, en materia social, enfocar bien los subsidios y atender las regiones que están olvidadas. El Consejo Gremial Nacional pidió a los colombianos pensar con serenidad y sin apasionamientos y apostando por “la esperanza de un camino que nos una en un proyecto estable”. Por su parte, la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) insiste en que se debe desarrollar el campo priorizando temas como la seguridad alimentaria, garantizando la producción rentable de alimentos, un tema crucial en los actuales momentos; así como se debe hacer una mayor inversión en vías terciarias, conectividad y seguridad y definir una política rural de largo plazo.
Algunos consideran exagerados los pronunciamientos de los empresarios y señalan que lo único que buscan es mantener sus privilegios y el statu quo, porque sienten pasos de animal grande, pero otros sostienen que hay motivos para estar preocupados.
Es natural que un proceso electoral provoque incertidumbre, y más como el que vive Colombia, con candidatos situados en orillas ideológicas diferentes y con propuestas que despiertan toda clase de interrogantes. Por eso es importante que todos los actores de la sociedad presenten sus puntos de vista, sindicatos, academia, sociedad civil, y alerten sobre los posibles riesgos.
Aunque los mensajes son para todos los candidatos, es claro que las mayores incertidumbres recaen en los anuncios que ha realizado Gustavo Petro, del Pacto Histórico, cuando da a entender que dará un viraje radical.
Si bien sus propuestas pueden tener buenas intenciones, algunas de ellas son imposibles, como demostró Sergio Fajardo cuando le preguntó de dónde iba a sacar los 139,5 billones de pesos que requieren sus promesas. Hay enormes riesgos de que logre todo lo contrario a la hora de ponerlas en práctica.
Hacer cambios y ajustes para mejorar lo que está fallando es lo que se espera de un presidente, más en un país como Colombia, donde hay tanto por hacer, con niveles de pobreza que llegan al 40 % y con una corrupción intolerable, con ejemplos vergonzosos como el Programa de Alimentación Escolar (PAE). Pero otra cosa muy diferente es hacer borrón y cuenta nueva y no reconocer los avances y las mejoras en salud, en educación, en cobertura de servicios públicos, en crecimiento económico, en la fortaleza de las instituciones y de la clase empresarial, que ha sorteado diferentes obstáculos y sigue al frente del cañón generando empleo.
Los demás candidatos se están dejando contagiar y prometen subsidios a diestra y siniestra, sin tener claro de dónde saldrán los recursos, un tema que debe ser analizado con sumo cuidado, en momentos en que el descuadre en las finanzas públicas es muy grande y la deuda pública aumentó sustancialmente.
Se debe escuchar con mucha atención el llamado de los empresarios y no echarlo en saco roto. Al fin y al cabo, son los empresarios los que más han contribuido al crecimiento económico y la generación de empleo. Y, sobre todo, no caigamos en el error de comprar frases sin fundamento que buscan ponerlos como los enemigos a los que hay que combatir o arrinconar