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Este martes, 8 de noviembre, Estados Unidos elegirá nuevos congresistas y gobernadores. Serán unas elecciones claves, particularmente para el Senado y la Cámara, donde el Partido Republicano llega con grandes opciones de recuperar mayorías. Se replicaría un fenómeno que suele ser bastante común: es casi una tradición que el partido del presidente pierda algo de control en el legislativo. Joe Biden, un presidente impopular que ha tenido que lidiar con un contexto económico retador, no parece ser la excepción a esta regla.
Hoy en el Senado están empatados 50-50 pero el control lo tienen los demócratas porque la vicepresidenta Kamala Harris emite el voto de desempate. Son 100 miembros pero solo habrá 34 curules en juego este martes. La Cámara de Representantes está controlada por los demócratas (222 votos contra 213). Las 435 curules cambian y los ganadores cumplen mandatos de dos años. El Senado podría quedar en manos de cualquiera de los dos partidos, pero la Cámara terminará siendo, dicen los analistas, para la oposición republicana.
Y otra vez el nombre del expresidente Donald Trump vuelve a jugar un papel protagónico. Más allá de toda la polémica que involucró su salida de la Casa Blanca, el exmandatario ha demostrado que todavía sigue siendo la figura más importante del Partido Republicano. Su apoyo en las primarias fue determinante a la hora de definir los candidatos. A pesar de su aislamiento de Facebook, Instagram, Twitter y demás redes sociales, Trump ha demostrado mantener tanta o más influencia que antes.
Aunque todavía no hay certeza sobre su posible candidatura en las próximas elecciones presidenciales, de lo que no parece haber duda es de que el candidato del Partido Republicano en 2024 será trumpista.
Y en la medida en la que el empresario y exmandatario vuelve a figurar se encienden de nuevo polémicas como la del cierre de su cuenta de Twitter. Sobre todo porque con la compra de esta red social por parte de Elon Musk, se reabre el debate alrededor del rol que esta debería tener en la moderación de las discusiones políticas en Estados Unidos y el resto del mundo.
Cabe recordar que a Trump le suspendieron su cuenta de Twitter luego de los terribles hechos que se dieron en el Capitolio el 6 de enero de 2021, una toma que, para muchos, fue animada por la insistencia del presidente en no reconocer los resultados de las elecciones y por sus mensajes incesantes en esta red social incitando a la violencia.
Musk ha defendido públicamente su visión del “deber ser” de Twitter como una “plaza pública”, un lugar en el cual se pueda debatir absolutamente cualquier idea y postura sin interferencia alguna de un tercero. Un intento de defender al extremo una visión idealizada de lo que implica la “libertad de expresión”. ¿Tiene sentido que Twitter mantenga bloqueado al expresidente?
Existen buenos argumentos a favor de mantener la suspensión de Trump. Además de haber utilizado la plataforma para desinformar sin mostrar remordimiento alguno, el exmandatario violó de forma reiterada las políticas de uso de esta red social, cosa que, por si sola, puede ser argumento suficiente para que una empresa privada como Twitter bloquee a cualquier persona de su plataforma. Pero Trump es, a todas luces, un caso excepcional. Su influencia como una de las personas más poderosas del mundo no lo podía hacer comparable a cualquier usuario.
Sin embargo, si el objetivo de una suspensión indefinida de Trump era quitarle poder, este método ha resultado ser poco efectivo. Por un lado, en un ambiente político ya de por si polarizado por las “cámaras de resonancia” que promueven las redes sociales, mantener por fuera de la conversación a alguien tan influyente como Trump puede acentuar todavía más la polarización que existe en el debate político. Por otro lado, que una empresa privada tenga, por si sola, la capacidad de trazar la línea sobre qué ideas son o no son tolerables puede resultar extremadamente problemático. ¿Cómo sostener que Trump permanezca bloqueado de Twitter cuando, al mismo tiempo, Nicolás Maduro y medios de propaganda rusa tienen habilitadas y verificadas sus cuentas?
Con Elon Musk al mando, lo más probable es que Trump regrese a Twitter. Aunque ya anunció que por ahora no regresaran los vetados. El debate que suscite este hecho debería servir para que, como sociedad, se establezcan con claridad los lineamientos de moderación que deberían seguir las redes sociales.
Es mucho lo que Twitter tiene por hacer porque así como ha sido un gran instrumento de divulgación, también ha provocado graves daños a la democracia. En el caso de Colombia, por citar solo un ejemplo, las bodegas de anónimos que se dedican a desacreditar, como ocurrió en la reciente campaña electoral, y sacan del camino a los candidatos, no debería, permitirse.
Algo tan trascendental para la democracia no debe ser una discusión que se dé tan a la ligera, menos una discusión a puerta cerrada o, peor aún, que quede en manos de un solo hombre .