Máximo cuidado, prudencia y responsabilidad individual, colectiva e institucional en el manejo de los protocolos de bioseguridad deben prevalecer en la flexibilización de las medidas de control sanitario que permiten la reactivación de la mayoría de las actividades productivas en más de 100 municipios antioqueños que no han registrado o no registran casos de coronavirus.
Bajo ninguna circunstancia puede interpretarse la medida como si el virus y su amenaza sobre la vida y la salud pública hubiesen sido controlados. Debe tenerse en cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el virus es una enfermedad endémica, es decir, que se extenderá en el tiempo y solo queda aprender a vivir con él para mantenerlo controlado mientras aparezca la solución científica definitiva.
En este escenario la respuesta más contundente es la cultura ciudadana, en la que todos somos responsables de todos. Ningún municipio o territorio puede declararse libre del mal de manera individual. Basta que se presente un caso para que toda la población esté amenazada.
El aislamiento de los municipios con retenes sanitarios a sus entradas, cuarentena obligatoria, cierre de sus economías y un trabajo coordinado entre autoridades departamentales, alcaldes, academia, científicos y, sobre todo, con máximo apoyo ciudadano a estas medidas, han mantenido libre del virus a 94 de las 125 poblaciones antioqueñas.
Por fuera del Aburrá hoy registran casos activos de covid-19 Rionegro (2), El Carmen (1), Cisneros (1), El Bagre (1), Turbo (2), Apartadó (7) y Marinilla (1). El hecho más complejo está en Ituango, no en el casco urbano, debido al brote detectado en Hidroituango, que afecta 28 personas, las cuales están aisladas, bajo observación médica.
Este fin de semana, luego de revisar la evidencia científica sobre la propagación de la covid-19, la OMS y el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU. concluyeron que hay tres normas básicas para evitar contagios, todas conocidas y aunque sencillas, exigen estricto acatamiento ciudadano: mantener el distanciamiento social, lavarse las manos con abundante agua y jabón después de toda actividad y usar tapabocas de manera correcta, cubriendo boca y nariz, en el trabajo u otros espacios públicos.
El peso del virus hace que este, al ser expulsado por la respiración, tos o estornudo de una persona positiva que no tenga tapabocas, caiga al piso si no encuentra a alguien a menos de dos metros para aferrarse a él y propagarse. Es además clave no tocarse boca, nariz ni los ojos; en caso de fiebre o dificultad para respirar buscar atención médica, primero llamando al 123.
Sin importar que tan grande sea el negocio o la empresa que reabrirá en los pueblos, estas también tienen sus propios protocolos de bioseguridad que deben cumplir de manera estricta.
Mantener a raya la pandemia no es problema de la alcaldía, la policía, gobernación o autoridades sanitarias, todos debemos actuar. Las proyecciones científicas advierten que los infectados van a aumentar, el desafío es mantener esta situación en el nivel más bajo posible para poder contar con un personal y equipo médico lo suficientemente fortalecidos para salvar la mayor cantidad de vidas.
Lo peor sería, por el no acatamiento de las normas, ver disparados los casos y tener que volver al encierro total y parar la economía, hecho imposible de sostener desde ningún nivel oficial o privado.
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