x

Pico y Placa Medellín

viernes

3 y 4 

3 y 4

Pico y Placa Medellín

jueves

0 y 2 

0 y 2

Pico y Placa Medellín

miercoles

1 y 8 

1 y 8

Pico y Placa Medellín

martes

5 y 7  

5 y 7

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

6 y 9  

6 y 9

No es momento de cuidarse: Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson

hace 7 horas
bookmark
  • No es momento de cuidarse: Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson

Nadie comprende lo que sufre Bob, mucho menos su hija. Tiembla de ansiedad recordando a la mujer que amó y de quien fue compañero en el grupo terrorista French 75 hace 16 años, donde ejecutaron acciones contra “el sistema”, como robar bancos o asaltar campamentos de migrantes detenidos. Bob no la ha dejado de adorar a pesar de que por su culpa ha tenido que vivir en la clandestinidad por más de tres lustros y la energía que tenía para usar explosivos se ha aletargado al punto de que no recuerda muy bien todas las claves que le enseñaron, en caso de que el peligro volviera a tocar a su puerta.

El peligro en Una batalla tras otra, la última película de Paul Thomas Anderson, está representado por la figura del coronel Steven J. Lockjaw, que haciendo honor a su apellido no abre la boca para hablar y se mueve como si apretara todos los músculos al tiempo. El coronel no sólo desarrolló una complicada relación masoquista con Perfidia, la mujer de Bob, sino que ahora está en la búsqueda de él y de su hija Willa, para borrar toda mancha en su carrera que le pueda impedir su ingreso al Club de los Aventureros de Navidad, un grupo ultramachista y xenófobo, que parece tirar de muchos hilos de poder en el gobierno estadounidense.

Y aunque los nombres de los sitios donde viven, de los personajes y de los grupos a los que pertenecen, nos ubiquen de inmediato en un territorio de ficción, en esta muy libre adaptación que hace Anderson de Vineland, la novela de Thomas Pynchon, tomando apenas algunos elementos y trasladando la trama de 1990 a la actualidad, la verdadera potencia de la película es la sintonía con el espíritu de los tiempos que corren. Si la película no da apenas respiro, con la música de Jonny Greenwood constantemente exacerbando nuestros ánimos, es porque así nos sentimos todos en estos días agitados, donde la última noticia apenas permite recordar la anterior; si Bob luce cómodo en su convivencia con el alcohol, los trasnochos y las reuniones con excompañeros, es porque a toda nuestra generación se le olvidaron las arengas con las que reclamábamos hace 15 o 20 años. ¿Dónde está la furia de antaño?, parece decirnos Anderson. ¿Dónde quedaron tus ganas de romperlo todo?, nos increpa. ¿Vas a esperar a que vengan por ti o a qué tu hijo te lo recuerde, para volver a luchar por lo que vale la pena?

Una batalla tras otra es una comedia porque no podría ser de otro modo, en este circo donde gobiernan los payasos, y la furia apenas contenida de Sean Penn se parece a la de tantos funcionarios, también secretamente enamorados de aquello que dicen odiar. La actuación de DiCaprio es tan honesta en su rabia contra las contraseñas como en su amor por una hija que necesita tener sus propias aventuras lejos de él para quererlo completo, con sus anacronismos y su falta de habilidad con la tecnología. Él le pide que se cuide. Willa le asegura, antes de salir a protestar, como tal vez deberíamos hacerlo todos frente a un mundo que se esmera en atropellarnos, que no lo hará.

Sigue leyendo

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD