Hace cerca de once meses, publiqué un texto llamado “La música en Medellín no tiene escenario”; por desgracia para nosotros, ni este titular ni la tesis de aquella columna han cambiado. Sin embargo, cabe aclarar que existen espacios aportantes como el caso del Teatro Pablo Tobón Uribe o el Teatro Metropolitano, pero en este caso hablamos de teatros públicos, pagados con nuestros impuestos y que deberían sobrevivir como patrimonio cultural.
Es una realidad, no hay dónde hacer conciertos. Más allá de ese par de referentes, sólo canchas polideportivas, una plaza de toros y calles representativas que deben ser cerradas.
Hace un par de días Román González, un batallador de la escena rock de Medellín, publicó un video a modo de expedición por las olvidadas instalaciones del Teatro Carlos Vieco Ortiz, y en realidad, son tristes las imágenes que allí se muestran. Román dice: “El Teatro es un espacio lleno de vida, está lleno de vegetación...” Y es real. La maleza se ha apoderado de camerinos, escalinatas, graderías, y escenario. El óxido se come cada rincón de la estructura que funciona como techo, y lo más indignante de todo, es que este espacio fue cerrado hace más de un año por una supuesta “remodelación” que, según el mismo Román González, implicó un gasto presupuestal muy alto.
Si debemos citar un lugar histórico para la música en Medellín y sobre todo para el rock paisa, debe ser este. Allí nacieron bandas como Ekhymosis, Masacre, Marimonda, Juanita Dientes Verdes, I.R.A, Dexkoncierto, Bajo Tierra, El Pez, Tenebrarum, Athanator, Reencarnación, Frankie Ha Muerto y un sin fin de nombres que se enlistan dentro de los sonidos con distorsión. Pero a lo largo de los años, también ha sido un escenario para la trova, la música popular, y hasta el mismo Festival Internacional de Poesía. Los músicos que tuvieron la oportunidad de tocar allí lo recuerdan con nostalgia y orgullo, los que no, lo ven cada vez más como un lejano sueño que probablemente no llegará.
Así que, como van las cosas, nos estamos quedando sin memoria cultural, nos estamos dejando absorber por “problemáticas más importantes” y de esa manera, estamos perdiendo un escenario histórico. Hoy, marzo de 2016, el teatro es un espacio abandonado, lleno de basura, perdido a causa del sol, el agua, el paso del tiempo y la negligencia estatal.
El Carlos Vieco Ortiz empezó a funcionar hace más de treinta años en medio del Cerro Nutibara. Hoy, parece que su sonido se apaga lentamente. Lleva cerrado largo tiempo y acceder a que agrupaciones toquen en él es una situación cada vez más quijotesca que raya con el absurdo burocrático. Es necesario devolverle este espacio a la gente. El llamado es a unirnos, como lo propone el mismo Román González en su video. Alcalde Federico Gutiérrez, Secretaria de Cultura Amalia Londoño, y Concejo de la ciudad, ya que ustedes quieren retomar el rumbo de Medellín y que precisamente se está construyendo el plan de desarrollo para la ciudad, ¿no creen pertinente revisar el estado y futuro de este pulmón artístico del Valle de Aburrá? El arte y cultura de Medellín necesitan este lugar con urgencia. La cultura también es una prioridad. #RecuperarElVieco.