Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
Por José Rafael Arango
A los 34° de latitud sur en un clima que se antojaría inclemente para la viticultura, se encuentra uno de los viñedos más hermosos de la tierra: el viñedo Sudafricano. Moderado por la antártica corriente de Benguela, la cual permite un templado y benévolo clima mediterráneo óptimo para la obtención de buenos vinos.
Allí se ubica el octavo productor mundial de vinos y el vigesimosegundo en extensión de viñedos produciendo unos 600 millones de litros al año. Sin embargo su punto de partida en el concierto internacional coincide con su nacimiento político cuando el presidente Frederik de Klerk pone en libertad a Nelson Mandela en 1990, pronto las sanciones que recaían sobre el país austral se levantaron y sus vinos comenzaron a venderse en todos los mercados con un éxito inusitado no solo por su calidad, sino por su excelente precio.
Sudáfrica ha venido sintiendo un proceso de cambio y modernización en sus vinos, unos cinco mil viticultores trabajan 102.000 hectáreas aproximadamente, agremiados en las famosas KWV (Kooperatieqe Wijnbouers Wereninging van Zuid-Afrika Beperkt) grandes cooperativas de vino que protegen la calidad y precio de sus caldos, habrá apenas unos 100 viticultores privados por fuera del sistema cooperativo.
El viñedo sudafricano se dio a conocer primero por sus vinos de postre luego por sus blancos secos: serios, estructurados y de excelente precio, el 20% de parras proviene de la variedad chenin blanc, conocida como steen en el país austral, produciendo unos caldos que rivalizan con su par del Loira francés, los acompañan excelentes riesling, sauvignon blanc y hasta la variedad palomino con la que hacen un vino tipo jerez muy interesante.
En tintos el cabernet sauvignon junto al merlot y el shiraz hacen las delicias de sus seguidores y como todo país vinícola que se respete tienen una uva emblemática conocida como “pinotage” Esta variedad es fruto de un cruce entre la pinot noir y la cinsault (llamada hermitage en Sudáfrica). El responsable del cruce fue un investigador y profesor de viticultura en la Universidad de Stellenbosch, el Profesor Abraham I. Perold, quien en 1925 trató de aunar las cualidades organolépticas de la pinot noir con la notable productividad y resistencia de la cinsault. Sin embargo, la primera vinificación de estas uvas se dio en 1946 de la mano del profesor C.T. de Waal en Elsenberg, mientras que fue en la granja Myrtle Grove donde se hizo la primera plantación con fines comerciales.
El éxito del pinotage no fue inmediato y se tuvo que esperar principios de los 90 para su consagración a nivel internacional, cuando Beyers Truter presentó sus vinos al International Wine and Spirit Competition con tal éxito que fue elegido “elaborador del año”, reconocimiento que recaía por vez primera en un productor sudafricano.
Vino: Marianne 2017
Bodega: Gérard Bertrand
Uva:100% Pinotage
Zona: Simonsberg/Paarl
País Sudáfrica
Enólogo: Michel Rolland
Tiempo de Guarda entre 6 y 8 años
Temperatura de Servicio 17ºC
Importa: International Executive
Alcohol 14,5 % AbV