A mediados de la semana pasada apareció un indicador de la industria que muestra un crecimiento del 4,7%. El dato global indica una mejoría con relación a la tendencia que venía teniendo este indicador.
Pero cuando se entra a examinar el indicador se encuentra que la mayor parte de ese crecimiento se debe a la entrada en funcionamiento de la nueva Refinería de Cartagena, medición que se hizo con una metodología que no sabemos de dónde se sacó.
Entonces hay que analizar el crecimiento sin el aporte de la nueva refinería. Mirada así, la cifra es igual a la de los meses anteriores: negativa. No hay mejoría. La producción de maquinaria sigue para abajo y eso jalona la caída.
No hay por qué tener esperanzas. La industria no mejora. Sigue la tendencia de estancamiento de la de los últimos 10 años.
Y en el 2016 se verá agravada por el debilitamiento de la economía, con un índice de consumo de los minoristas cada vez más bajo.
La realidad económica del país es delicada. No hay por dónde recuperar la producción de maquinaria, la construcción masiva y el consumo minorista. Nada nos indica que se puede notar una recuperación integral en los próximos meses.