Veo varias dificultades serias para el presidente Iván Duque en el inicio de su Gobierno. Lo primero es que la unión de todo el grupo de Gobierno está pegada como “con babas”. Ya se ven fisuras entre Marta Lucía Ramírez y el Centro Democrático sobre el posible referendo para acabar con el proceso de paz. A Duque y al Centro Democrático no se les puede olvidar que hay ocho millones de colombianos que no votaron por ellos. Y además la comunidad internacional está con los ojos puestos en el proceso de paz y un paso atrás seguramente será muy mal leído.
Otro problema que tendrá Duque será gobernar sin políticos y eso no puede ser así. Hay preocupación porque ese experimento de llevar al Gabinete a personas desconectadas de la política y que sean puramente técnicos no es una buena solución. El Gobierno no va a tener interlocución con el Congreso. Va a cambiar la ecuación en el sentido que las cuotas políticas no van a estar en el Gabinete, pero tarde o temprano Duque tendrá que negociar con los renglones subalternos de la pirámide burocrática, entregando viceministerios y otras entidades.
Por último, la crisis generada con la llamada a indagatoria del expresidente Uribe le está causando al presidente entrante un problema de coordinación y le va a pesar muy negativamente, ya que no es un factor de cohesión, sino de desunión.
