Las mayores dificultades en ciencia, tecnología e innovación las tuvimos en este periodo al no lograrse las metas de inversión del PIB para el sector. La aspiración es que el país direccione siquiera el 1 % o el 2 % del PIB para su desarrollo científico y tecnológico, pero el gobierno ni siquiera llegó al medio punto del mismo. En el sistema tampoco se logró la gobernabilidad para funcionar a través de Colciencias, como entre rector, e incluso su presupuesto para los ocho años, en vez de aumentar, disminuyó. Tampoco hubo una adecuada coordinación entre los ministerios de Comercio, Educación. Colciencias y el Icetex y cada uno manejó su propio proyecto.
En educación superior se requieren más recursos, toda vez que este enfrenta, desde la Ley 30, un déficit estructural de financiamiento. Aunque se aumentaron en algo los recursos de programas como Ser Pilo Paga, este no tuvo un fondo independiente y su plata salió del propio presupuesto del Ministerio de Educación. La cultura viene a ser fruto de todos estos procesos sociales incluyendo no solo lo que tiene que ver con el tema de la cultura ciudadana y el proceso de construcción de paz, también con los proyectos educativos. De hecho, no avanzamos en cultura si la educación no avanza.