Somos una nación de espaldas al mar y aunque el 44,86 % de nuestro territorio es marítimo no lo sabemos porque el mapa de Colombia que nos enseñaron en el colegio, donde está toda su área oceánica y costera, es muy distinto al real.
Los ciudadanos pensamos que el mar está muy lejos, por eso el llamado es a decirle a la gente que el mar empieza en casa y que cualquier cosa que hagamos repercutirá en los océanos.
En el planeta todo está interconectado y debe conservarse porque es nuestra única casa en el Universo. Aquello que hoy nos está sucediendo con la pandemia, una crisis global, parte de nuestra mala relación con la naturaleza.
Debemos trabajar entre todos y ver el futuro con esperanza, si seguimos como vamos estamos recorriendo el peor de todos los caminos. A 2050 la degradación impedirá que nuestros nietos disfruten del mar porque será un enorme basurero de plásticos y demás contaminantes.
De todas formas, hay cosas muy importantes que se están haciendo en defensa del mar, como nuevas leyes para prohibir plásticos de un solo uso en Colombia y el mundo. Tenemos que repensar todo desde la economía circular y meter a los jóvenes en este cuento para que ayuden a buscarle soluciones a esta problemática.
