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Columnistas | PUBLICADO EL 18 mayo 2020

¿Y LA SALUD DEL SISTEMA? ¿Y LAS OTRAS ENFERMEDADES?

Por federico gutiérrez zuluaga@FicoGutierrez

Son múltiples los efectos que en varios sectores ha dejado hasta ahora la emergencia del covid-19. Por la naturaleza de la crisis, sería lógico pensar que el sistema de salud es uno de los mejor financiados, teniendo en cuenta que es uno de los más activos en este contexto y que ha debido prestar servicios continuamente. Tendría sentido creer que la crisis misma ha garantizado el flujo de recursos y, al menos en comparación con otros sectores, podríamos asumir que no hay problemas de caja. Tristemente, la realidad es otra. El sector salud ha debido incurrir en más costos de los usuales, al tiempo que ha sufrido una disminución significativa de otros servicios que se prestan en sus entidades.

Según la Asociación Colombiana de Clínicas y Hospitales, existen motivos para preocuparse por el presente y futuro de las instituciones de salud. Hoy tienen un promedio de ocupación general de 57 % en la mayoría de los servicios, y una ocupación del 49 % en las UCI. Todo esto lleva a una disminución marcada del ingreso corriente, que se suma al problema crónico de falta de pagos y cartera pendiente. Así las cosas, el panorama para las clínicas y hospitales es delicado, pues este nuevo escenario se suma a la difícil situación financiera que traían desde años atrás.

Además, la preparación de la red hospitalaria para atender la pandemia ha tenido un valor económico alto para el sector. Por ejemplo, el aumento de los costos de implementos de protección, los reactivos para las pruebas, los nuevos protocolos de atención, la adaptación de unidades de cuidados intensivos y diferentes estrategias que hay que asumir para garantizar la continuidad en el servicio.

En abril, las EPS y las IPS recibieron cerca de $4 billones por parte del Gobierno Nacional a través de la Administradora de Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) para financiar el aseguramiento en salud de los afiliados al sistema. De igual forma, el Adres giró $133.554 millones a 26 entidades territoriales de Colombia. Con el Acuerdo de punto final, el Gobierno Nacional ha desembolsado cerca de $1,7 billones en todo el país. Sin embargo, y pese al gran esfuerzo, esto no es suficiente cuando hablamos de un déficit cercano a los $14 billones.

Por fuera del ámbito económico, hay un tema demasiado importante a evaluar: ¿qué ha pasado durante esta pandemia con las otras enfermedades a las cuales el sistema de salud siempre ha prestado gran atención? Hablo de enfermedades crónicas que requieren un control periódico, de los pacientes pendientes de un examen para definir el manejo de enfermedades oncológicas, pacientes con programación de cirugías que posiblemente no dan espera, pacientes en tratamiento para enfermedades mentales, pacientes en tratamientos odontológicos y demás condiciones que requieren oportunidad y continuidad en su manejo. El sector salud debe tener todas las medidas de precaución eliminando los riesgos de contagio, pero también debe poder gestionar atenciones aplazadas, pues conocemos los daños irreparables que pueden producirse sin un adecuado control o sin procedimientos oportunos.

Los recursos deben llegar a las clínicas y hospitales; es de vital importancia que un sistema cuyo valor fundamental es cuidar la vida, tenga todas las facilidades para operar. Y ojo, que el estado de emergencia no sea la rendija que aprovechen algunos para la mala utilización de los recursos y se le abra la puerta a la corrupción.

Mi reconocimiento al personal de la salud en todo el país y en el mundo entero. Su trabajo es realmente admirable. Su vocación y compromiso son muestra de convicción y amor por la vida.

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