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Columnistas | PUBLICADO EL 26 mayo 2020

Una voz por los viejos

Por anacristina aristizábal uribeanacauribe@gmail.com

Varias voces se han levantado, reclamando el no confinamiento tan extremo para las personas mayores de 70 años. Muchas de esas voces argumentan que no se puede coartar, de forma tan extrema, su libertad de decisión. No sé si ya alguien habrá comentado sobre el tema emocional. Mientras más años, el ser humano se vuelve más sensible y nuestros viejos están siendo muy golpeados por la ausencia física de sus seres queridos. Su salud emocional está en jaque, por cuidarles su salud física. ¿Acaso es más importante la una que la otra? Las dos son completamente importantes y menos en la vejez se puede sobrevalorar más la una sobre la otra. Con ese férreo encierro, de seguro no los matará el virus, pero es muy probable que a muchos se les debilite tanto su vida emocional, que no aguanten y mueran de otra patología... aunque en el fondo sus cercanos sabrán que fue el virus. ¿Será que eso no le importa al inhumano “sistema”, con tal de que los viejos no ocupen espacios en las UCI?

Nadie pudo volver a visitar a sus viejos que viven en hogares geriátricos. Y muchos de esos viejos no entienden ni aceptan por qué no pudieron volver a ver a sus familiares. No solo están aislados del virus, sino también del último amor que sus familiares pueden brindarles. ¿Por qué no ponen pico y cédula para los hogares geriátricos? ¿Por qué no permiten que los familiares puedan ir previa cita, con controles de bioseguridad y solo recibir uno o dos familiares al menos cada hora? Lo que se debe evitar son las aglomeraciones, ¡también hay que cuidar la salud emocional de esos viejos!

Y los que no están aislados en esos hogares están aislados en sus propias casas, aunque muchos de ellos tengan más vida y salud que algunos jóvenes. Otros, es que no tienen un familiar cercano que les auxilie con las mil diligencias que debe hacer un ser humano para su sobrevivencia diaria... y tienen que salir, expuestos a las multas o los excesos de algunos que ejercen la autoridad sin el más mínimo sentido humano. Y además: tienen que salir porque el mundo virtual no es su mundo y todavía tienen que ejercer en el mundo físico. El gobierno también tiene que pensar en la salud emocional de los viejos.

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