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Columnistas | PUBLICADO EL 05 agosto 2021

Un poeta, ¿para qué?

Por Diego Aristizábaldesdeelcuarto@gmail.com

Volví a leer con verdadero goce algunos de los libros del portugués Afonso Cruz. Él es uno de esos escritores que fácilmente puede hacer pecar de ambición, porque si me preguntaran con cuál me quedo, diría que con todos: es tan sencillo y profundo, es tan divertido, a la vez; pero digamos que en esta ocasión me detendré en uno en particular, uno que me hizo pensar en lo que es esencial en esta vida: “Vamos a comprar un poeta”. El título, por sí mismo, es una metáfora.

¿Ustedes se imaginan que van al supermercado y al lado de la leche o los huevos también venden un poeta? ¿O qué lugar sería el más adecuado para exhibir un poeta: con los televisores, las licuadoras o los zapatos? Pues resulta que un día una familia decide comprar uno porque, como muchos se dieron cuenta el año pasado durante el encierro, tener un artista, un bailarín, un poeta, ayuda a combatir el estrés o a bajar el colesterol malo.

Cuando se tiene un poeta cerca se comprende distinto el lenguaje; nos enseña que sin metáforas, por ejemplo, no es muy interesante hablar. “Puedo decir que una ventana es una ventana, pero eso ya toda la gente lo sabe. Con la poesía puedo decir que una ventana es un bocado de mar o una alondra volando [...] una ventana es una ventana, pero una ventana que es un pájaro volando es una realidad más profunda, más allá del vidrio, más allá de la definición del diccionario”, piensa una joven que se ha encariñado con el poeta.

Un poeta puede salvar una fábrica de la bancarrota, o al menos eso ocurre en esta historia. “Escudriñé en su escritorio en busca de pistas que explicaran esta manera tan poco común de resolver un problema tan económico. En un cuaderno de papá, lleno de cuentas y números, encontré, a lápiz, escrito en la contraportada, este verso: ‘Un beso es más eficiente a la temperatura del cuerpo’”. Y la economía fue sensible a eso, y hoy hay gerentes que usan la misma técnica: si los empleados están trabajando a una temperatura agradable, son más productivos.

Para un poeta no hay crisis, solo creación, y la poesía transforma el universo, hace surgir la realidad descrita con la absoluta precisión de la ambigüedad. La poesía es un dedo clavado en la realidad. Hoy, casi todo, se puede salvar con un poema, solo hay que mirar bien en el supermercado

Diego Aristizábal

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