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Columnistas | PUBLICADO EL 23 abril 2022

Sobre tantas preguntas

Enfrentar un problema y encontrarle la solución ha sido inteligente. Preguntar y responder, también. Pero en lugar de usar la razón, se evaden los problemas y las respuestas.

Por José Guillermo Ángel - memoanjel5@gmail.com

Estación Cuestionario, a la que llegan economistas perdidos entre el dólar, el yuán y el rublo; proveedores que ya no saben si vale más el transporte o el producto, niños que no duermen debido a la cantidad de tareas, médicos que se envolatan entre recetas y diagnósticos, abogados en medio de laberintos en los que no es claro qué ley opera y cuál no, asesores que cargan datos contradictorios (si uno no sirve, quizá el otro), magos que prometen un conejo sacando una paloma del sombrero, políticos que no sabían que la promesa actual no la habían cumplido antes, profesores que de repente pierden la memoria y los alumnos aplauden, astronautas que (como pasa en la estación espacial) dudan de los rusos que manejan el sistema, chinos comunistas haciendo capitalismo salvaje, la Otan proveyendo de armas a Ucrania para que la paz sea por medio de la guerra, etc. Y, bueno, mucha gente con preguntas en la boca y que, como la fila es larga y el clima cambia, olvidan lo que querían preguntar.

Alguna vez, vi a un muchacho que traía un aviso curioso en la camiseta que llevaba puesta: “Cuando me aprendí las respuestas, me cambiaron las preguntas”. Y sí, esto es lo que está pasando ahora, que analizando con respuestas aprendidas no damos con las nuevas preguntas que aparecen, lo que descontrola sistemas de costumbres, modelos de consultoría, precisiones físicas, historiales clínicos, inteligencias artificiales, cuestiones estratégicas, mentiras que cambian según lo que pase y principios que se consideraban inmutables, como que el tiempo no varía, pero lo cierto es que corre como entrenando para los cien metros planos. Y, en medio de todo esto, váyase a saber si Diós sigue siendo el mismo o si cambió de parecer y, tomando una idea de Bertrand Russell, se ha ido en favor de los gatos, a los que, al parecer, no los altera nada.

Hoy en día sabemos que existe una pandemia, pero algunos se mueven entre ella sin sufrir ningún contagio (pregunta). Sabemos que el planeta está enfermo, pero se le sigue acrecentando la enfermedad (pregunta). Sabemos que para hacer la paz hay que frenar las armas, pero las armas siguen llegando y son más peligrosas (pregunta). Sabemos que el mundo ha sufrido cambios, pero se lo sigue manejando como hace cincuenta años (pregunta). Sabemos que solo queremos vivir mejor, pero se hace lo posible para que sea peor (pregunta). Y las preguntas aumentan y las respuestas van detrás de ellas como si quisieran estar frenando un caballo, pero desbocándolo.

Acotación: enfrentar un problema y encontrarle la solución ha sido inteligente. Preguntar y responder para que no queden dudas, también. Pero, en lugar de usar la razón, se evaden los problemas y las respuestas, engordando a los primeros y enflaqueciendo a las segundas. Y ahí vamos, con un signo de interrogación en lugar de cabeza

José Guillermo Ángel

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