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El personero no solo no cumplió con las expectativas ciudadanas frente a su deber disciplinario, sino que además mejoró sustancialmente su modo de vida sin mayor explicación.
Por Daniel Duque Velásquez - @danielduquev
Uno de los problemas más graves de nuestro país es la corrupción. Para ello, la política ha intentado todo tipo de soluciones: desde crear normas para reglar el funcionamiento de la contratación pública, hasta la creación de instituciones como los organismos de control. Dentro de estos últimos está la Personería, una entidad de orden municipal o distrital, adscrita al Ministerio Público, que vigila disciplinariamente a los funcionarios de la Alcaldía y trabaja en la promoción y defensa de los derechos humanos.
Durante los últimos 4 años, la ciudadanía en Medellín sintió que la Personería, al igual que los demás organismos de control, brilló por su ausencia. Todos vimos 4 años de corrupción desbordada, abuso de poder, programas sociales que estaban siendo saqueados y personas que desde la máxima autoridad administrativa de la ciudad se burlaban de nosotros, sin que ningún órgano de control actuara. Los últimos 4 años se perdió la confianza en lo público. Y en ese orden de ideas, la gente salió masivamente a votar por unos candidatos que sentían que representaban todo lo opuesto a lo vivido durante el gobierno que lideró Daniel Quintero.
Dicho lo anterior, resulta difícil de creer que el actual personero, William Yeffer Vivas, esté ad portas de ser reelegido por el nuevo Concejo. Es decir, el personero elegido hace 4 años para vigilar si la alcaldía de Quintero era corrupta o no, es el virtual ganador, pues ya se surtió el proceso que reglamenta la elección, y Vivas pasó la prueba de conocimientos que hizo el Politécnico Grancolombiano, pero además recibió la mejor nota entre la inmensa mayoría de los concejales de Medellín. Incluso, varios de los corporados del Centro Democrático y Creemos le dieron mejor nota que el mismo Upegui, alfil de Daniel Quintero en esa corporación. A pesar de esto, días después de que se filtraran las calificaciones dadas por los concejales a los candidatos del proceso, ambas bancadas recularon manifestando que a pesar de haber calificado así, no estaban de acuerdo en la elección de Vivas. Inexplicable.
En los últimos días han salido a la luz varios escándalos que empañan la imagen del Personero. Por ejemplo, el activista Alejandro Moncada denunció que en 2018 el personero había mostrado tener deudas por más de 200 millones de pesos, pero ahora, 4 años después de estar en el cargo, y ganando un salario muy similar al del alcalde, tiene junto a su pareja sentimental un apartamento en la Loma del Indio, dos camionetas de alta gama y una finca de recreo en Sopetrán. Es decir, el personero no solo no cumplió con las expectativas ciudadanas frente a su deber disciplinario, sino que además mejoró sustancialmente su modo de vida sin mayor explicación. Además de esto, ha habido también denuncias de nepotismo, nombramientos de personas cuestionadas, y mucho más.
Escribo esta columna el lunes 5 de febrero, a esta hora Vivas sigue siendo candidato a reelección. Siempre defenderé la presunción de inocencia, pero es claro que el Concejo y el Personero le deben muchas respuestas a la ciudad.