Pico y Placa Medellín
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Señor presiente, guárdese su odio contra una región que ha crecido gracias al tesón de sus dirigentes. Recuerde que usted está en el más alto cargo de los colombianos para gobernarnos a todos sin distingos de razas, credos o regiones. Antioquia también hace parte de Colombia.
Las carreteras y vías de comunicación, actuales o futuras que pasan por este departamento, son para el servicio de todo el país, aunque a usted le duela señor presidente. El presupuesto y destinación de recursos, está aprobado y hay que cumplirlo haciendo a un lado sus odios y rencores.
Son obras inconclusas y algunas nuevas, pero que ya fueron aprobadas e incluidas en el presupuesto de inversiones. Para modificar el destino de esos dineros, habría que apelar al Congreso de la República y no al deseo de venganza del mandatario de turno. Es cierto que el pueblo colombiano votó por usted en forma mayoritaria y que Antioquia fue la excepción, pero eso no lo exonera de trabajar por todos los colombianos. El pueblo de Antioquia hace parte de esos colombianos que esperan que usted cumpla con sus obligaciones.
Presidente: es hora de que usted deje su compromiso con su grupo político y hora de que se dé cuenta de que debe gobernar para un país sin tener en cuenta compromisos de grupo o ideologías.
Para poner un ejemplo claro de lo que no debe hacer como integrante de un grupo, le recuerdo el asalto al Palacio de Justicia en 1985, que ahora quiso recordarnos desde el alto cargo que ocupa y mandó a sus seguidores a presionar a las Altas Cortes, no entiendo con qué propósitos malignos, pero lo hizo.
Quisiera verlo gobernar bien para beneficio de todos los colombianos. Quisiera que los recursos del país se invirtieran en bien del pueblo que usted gobierna y no en costosos viajes de sus allegados para mejorar su deteriorada imagen de gobernante fallido de este pueblo.
Quiero recordarle, señor presidente, que una de las vías que reclamamos y que usted dice que son vías para que los ricos de esta región viajen a sus fincas de recreo, es la carretera al departamento más pobre y más necesitado de la mano amable de los gobernantes nacionales, como es la carretera Medellín – Quibdó.
Este olvidado departamento tiene el pecado de la vecindad con una Antioquia que usted no quiere, pero que merece tratarse como parte importante del territorio colombiano, además de tener el privilegio de estar sobre los dos océanos más importantes de la tierra. Por el beneficio de toda Colombia, debemos hacer justicia con el Chocó y, a la vez, aprovechar la riqueza geográfica que esta región representa para la patria entera.
Estamos con el Chocó y reclamamos el tratamiento positivo que este departamento merece.
