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Columnistas | PUBLICADO EL 03 junio 2021

Semejanzas

Por juan gómez martínezredaccion@elcolombiano.com.co

En la vida encontramos semejanzas y diferencias en infinidad de situaciones, de objetos, de creencias, de actitudes, etc.

Sin duda alguna, encontramos semejanzas entre el alcalde Quintero y los vándalos que están acabando con el país, sin ninguna sanción para los organizadores y patrocinadores del paro, que nada tiene de pacífico como lo pregonan y algunos les creen. Como ejemplo encontramos las capuchas que usan los vándalos, las mismas capuchas que Quintero ha usado en ocasiones anteriores y se ufana de haberlo hecho.

Los gustos y disgustos son parecidos entre los vándalos y el burgomaestre. Quintero ha intentado acabar con lo que los medellinenses queremos tanto, es el Jardín Botánico. Los vándalos ya dieron los primeros pasos, lo asaltaron y acabaron con la biblioteca y, sobre todo, la que se tiene para los niños. Ni el uno ni los otros quieren un futuro prometedor para esos niños. Quintero quiere acabar con ese lugar de esparcimiento y los vándalos encapuchados ya dieron los primeros pasos para cumplir esa misión.

Las pinturas-mensajes vulgares e insultantes en los muros de la ciudad, que un grupo de amantes de Medellín lo repintaron con la bandera de Antioquia, no fue del gusto del burgomaestre que no conoce esa bandera que todos amamos. Él prefiere las pinturitas.

Los deportes, tan importantes para formar la juventud en el aspecto físico y, sobre todo, para inculcarles disciplina a los jóvenes, no le gustan a nuestro alcalde. Prefiere acabar con las principales canchas, como la del Parque Norte J. Emilio Valderrama, y prefiere también destinar los sitios para el deporte, en los predios del Atanasio Girardot, para alojar a los indígenas, que recibieron su invitación para visitarlo en Medellín.

Estamos en una situación que, si la autoridad no actúa, como no actúa en Medellín, vamos a llegar al caos o a la destrucción de la ciudad por los vándalos que tienen la fuerza destructiva medida en caballos de fuerza –por sus siglas en inglés– de unos jóvenes, inducidos por unos dirigentes que se esconden para no responder por los efectos de un paro, que llaman pacífico siendo de los más violentos que ha vivido la ciudad.

Unámonos, salvemos a Medellín. El primer paso será la revocatoria para buscar un gobernante que de verdad entienda lo que es un gobierno en cumplimiento del mandato de la Constitución de nuestra patria.

Si no tenemos autoridad en Medellín, esta ciudad seguirá en el desorden, en la violencia, en la destrucción y con un mandatario que no manda, que apenas ahora presenta un documento de programa de gobierno como si apenas empezara la campaña para conseguir la dirección de una ciudad que no ha manejado bien, que no ha entendido, que no quiere y que ha intentado acabar con lo mejor que tenemos.

Hay soluciones y, la mejor, la revocatoria. Ya tenemos todos los buenos ciudadanos comprometidos en la recolección de firmas y todos comprometidos para firmar. Que Dios nos acompañe y nos saque de esta situación

Si quiere más información:

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