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Columnistas | PUBLICADO EL 28 diciembre 2021

Responsabilidades ciudadanas para 2022

Por JUAN DAVID RAMÍREZ CORREAcolumnasioque@gmail.com

En la víspera de año nuevo más de uno tiene prevista una sarta de propósitos venideros. Hacer dieta y ejercicio, aprender inglés, cambiar de trabajo... la lista infinita de buenos deseos se apropia de la humanidad. Esa es la tradición, “año viejo, vida nueva”.

Esa tradición tiene como condición el influjo del año que termina. Parémonos en lo que fue 2021, incluso un año más atrás, a 2020. Ambos años han sido raros. Llevamos cerca de dos años viviendo una mezcla de biología traducida en un virus y una crisis social agudizada por los problemas históricos que cargamos como humanidad.

Hay quienes ven lo que ha pasado como un verdadero desastre. ¡Qué se iban a imaginar que una pandemia iba a dar semejante mazazo! Otros, con la capacidad de mantener la voluntad de aprendizaje y avanzar por la orilla del “estamos mejorando”, ven las cosas distinto: Recuperación y luz al final del túnel, y hay otros que desde su lógica creen que aquí no pasa a nada y que esto es resultado de escenarios conspiradores en favor de uno que otro ricachón.

Esa es la condición humana.

Aquí es donde viene la realidad. El mundo sigue y viene 2022, un año en el que más allá de los típicos propósitos personales estará marcado por algo que podríamos llamar responsabilidades ciudadanas. Hablemos de tres de ellas.

La primera, el cuidado. La incertidumbre creada por la covid-19 y el riesgo de contagio es latente. Las variantes del virus son una suerte de amenaza a la que la ciencia pone pecho para encontrar respuestas y las vacunas han sido el mejor ejemplo de cómo abordar este problema sin desfallecer. Ahora bien, esta batalla no se gana si la gente no se cuida. Solución: Responsabilidad individual y confiar en la ciencia. Si usted es uno de esos negacionistas que cree que las vacunas no sirven y son creación de Pinky y Cerebro para “conquistar el mundo”, piense bien, porque está muy equivocado.

La segunda, votar correctamente. 2022 es año electoral y estamos en el juego de algunos políticos. Uno de ellos está obsesionado con querer llegar al poder a toda costa, apelando a la demagogia y a las componendas políticas, enredando con una retórica amañada disfrazada de progresismo, demostrando una arrogancia poco edificadora e incendiando con propuestas populistas que rayan hasta en lo inverosímil. Puntualmente, de ese personaje hay que cuidarnos, porque quiere acabar con las libertades individuales.

La tercera, está dirigida a los medellinenses y es sencilla: Votar a favor de la revocatoria del alcalde Daniel Quintero. La revocatoria es una decisión democrática de la gente, un mecanismo no marrullero, que nació de la voluntad de muchos para recuperar la institucionalidad y el ethos de esta sociedad, amenazados en forma y fondo por este señor. A Medellín hay que hacerlo brillar de nuevo, porque los actos del quinterismo lo han opacado. El sentido común nos obliga a sacar adelante de nuevo a la ciudad.

Tres responsabilidades ciudadanas para el año nuevo. Ahí quedan para que cada uno actúe en consecuencia

* Esta columna volverá a publicarse a partir del 25 de enero de 2022. Feliz año para todos.

Juan David Ramírez Correa

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