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Columnistas | PUBLICADO EL 18 febrero 2022

Precandidatos y fuerza pública: alto riesgo de error

La fuerza pública es el soporte de la democracia y es esencial para lograr una paz justa, digna y sostenible.

Precandidatos y fuerza pública: alto riesgo de error
Por Henry Medina Uribe - medina.henry@gmail.com
Infográfico

Es indispensable que tanto las Fuerzas Militares como la sociedad civil comprendan que no pueden ser indiferentes ante el deber de analizar las implicaciones que pueda tener el triunfo de cualquiera de los precandidatos presidenciales en los temas de seguridad y defensa nacionales y, consecuentemente, lo que pueda suceder en el próximo lustro en cuanto a la misión constitucional, estructura organizacional, diseño operacional, asignación presupuestal, imagen de la Fuerza Pública e impacto en la convivencia social. Punto de referencia es lo que está pasando en las fuerzas militares de la región, especialmente en Venezuela y Chile.

Es muy importante que antes del 13 de marzo, primera oportunidad en que los ciudadanos podremos hacer un descarte y escoger entre los múltiples candidatos, estos presenten su plan de gobierno en materia de seguridad y defensa nacionales. Colombia es hoy un país caracterizado por pobres indicadores en seguridad y convivencia, con mezquinos intereses individuales o de grupo y en el que, además, voces populistas se ensañan atacando a la institución militar sin el rigor que el tema exige, en una coyuntura nacional que aconseja se haga realidad la manida frase “la patria por encima de los partidos”.

En Venezuela la situación económica y social es lamentable, la democracia está cuestionada y los militares tienen una pasividad cómplice. En Chile algunos constituyentes cuestionan incluso la existencia de fuerzas armadas permanentes y proponen a la Convención Constitucional crear “la Fuerzas de Paz” y definir un nuevo rol para las Fuerzas Armadas, comprometidas con la valoración y cuidado de toda forma de vida; propósito que en sí pareciera laudable, pero que en el fondo resultaría fatal, en cuanto llevaría al debilitamiento de las capacidades para la defensa de la soberanía e integridad territorial.

En la Corporación La Paz Querida (LPQ), hemos abordado de tiempo atrás estos temas, conscientes de la gran importancia que reviste la fuerza pública para el país como soporte de la democracia y convencidos de que es esencial para lograr una paz justa, digna y sostenible. Por esa misma razón, necesita en la actualidad una mirada crítica constructiva, de origen interdisciplinario que, con pensamiento ilustrado e intención sana y responsable, proponga cambios que la valoricen y no constituyan un retroceso o un salto al vacío. En ese proceso es indispensable la presencia comprometida y proactiva del liderazgo militar y policial, para evitar sorpresas riesgosas como las que se ventilan en algunos lugares de la región.

En la visión de un grupo de LPQ, la cual se encuentra en proceso de estructuración, partimos de la necesidad del cambio institucional, cimentado en la ética social y en el principio de humanidad, conscientes a la vez de las realidades geopolíticas, sociales, políticas, económicas y tecnológicas.

Nuestro voto debería tener en cuenta las propuestas de los precandidatos sobre estos aspectos, pasadas previamente por el cedazo de nuestro pensamiento crítico 

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