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Columnistas | PUBLICADO EL 23 noviembre 2022

Por fortuna queda el periodismo libre (todavía)

Por Ligia Esperanza Rebolledo G.

Quiero referirme al contenido de la carta publicada por ese diario el pasado domingo, suscrita por el abogado Eliseo Mejía, porque quiso la realidad que coincidiera con el riguroso informe del periódico sobre el pago por parte de la Alcaldía de Medellín, de vehículo con chofer, costo mensual de $17 millones, a favor de la familia de un exsecretario de Gobierno del Sr. Quintero Calle. Al igual que lamenta el doctor Mejía en su carta, creo que tampoco los entes de control tomarán aquí ninguna iniciativa, ni se preocuparán por desentrañar las irregularidades ni menos van a imponer sanciones, pues están en “la misma pomada”.

Lo que quiero ponderar es el insustituible valor que el periodismo serio tiene para una democracia, y más para una sociedad tan frágil y desestructurada como la nuestra, donde la institucionalidad solo se protege a sí misma pero deja absolutamente inerme al ciudadano. Nuestros impuestos se los roban sin ninguna consecuencia. Los funcionarios y exfuncionarios (no todos, creo) parten de la base de que no encontrarán ninguna cortapisa a sus planes de saqueo.

Como la justicia no actúa y los entes de control están cooptados por la politiquería, el único bastión que queda en defensa de la ciudadanía decente es el periodismo libre, que en Colombia ha dado muestras hasta de heroísmo. Este exfuncionario indelicado que se beneficia de las irregulares prerrogativas que la Alcaldía le regala podrá lanzarse a candidaturas, seguramente saldrá elegido y como no tendrá sanciones encima, podrá decir que su hoja de vida “es limpia” y su trayectoria “intachable”. Por fortuna, algunos ciudadanos podremos hacer uso de nuestra objeción de conciencia, y no votaremos por él ni por ningún otro que se le parezca, por muy impunes que hayan quedado sus bellaquerías

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