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Columnistas | PUBLICADO EL 02 diciembre 2021

Políticos a la carrera

Por Diego Aristizábaldesdeelcuarto@gmail.com

No me gustan los políticos que hablan con rencor, que les da lo mismo disparar y luego seguir con el trago que disponen en su mesa porque saben bien cómo se lava todo en este país, donde ellos tienen sus mañas para modificar las cosas y salir libres de toda culpa.

No me gustan los políticos que hablan como si su palabra fuera la única verdad, el único camino, la única opción para que las cosas cambien, que creen que si no son ellos nadie podrá lograr algo importante, entre otras, no dejar que algún día este país resuelva las cosas sin guerra, sin el famoso pie de fuerza.

No me gustan los políticos que les da rabia los logros de otros y no soportan que su nombre no sea el adalid de las verdaderas transformaciones. No me gustan los políticos que dejan de ser ellos para no dejar morir a sus patrones, y como son respaldados por ellos, qué digo respaldados, como prestan su cuerpo para que el otro “reencarne” en ellos, pues visten como ellos, hablan como ellos.

No me gustan los políticos que cuando los escucho sé muy bien que su discurso es mentiroso, populista, no convence; sin embargo, me resulta increíble que todavía muchas personas se sientan atraídas por las mismas promesas absurdas y no por los grandes proyectos que, al darles continuidad, podrían traer importantes cambios económicos, sociales, educativos, culturales. Colombia no necesita salvadores particulares, necesita proyectos reales que perduren en el tiempo.

No me gustan los políticos banales, esos que nunca hablan de libros, ni siquiera en campaña, que se les nota que pertenecen al grupo de personas que dicen: He tenido que trabajar tanto que por eso no me queda tiempo para leer. Si un político no tiene tiempo para leer, sencillamente no me inspira confianza, dudo de su sensibilidad y, por lo mismo, no me interesa que me represente como ciudadano.

Colombia, parafraseando a Voltaire, está en un momento en el cual, después de mucho tiempo de tener solo cuernos y rumiar, empieza a pensar, por eso mismo, cuando finalmente un país empieza a pensar, es imposible despojar a las mentes de esa fuerza adquirida, ojalá esto se vea en las próximas elecciones.

Y a usted, ¿qué no le gusta de los políticos que tenemos en este país

Diego Aristizábal

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