viernes
0 y 6
0 y 6
El título de una composición del cantautor mexicano José Alfredo Jiménez, la tomo para manifestar mi preocupación y temor por lo que pueda llegar para Medellín, ahora en las manos de Daniel Quintero, a quien me atrevo a dedicársela. Sí, le dedico esta canción que dice: “No me amenaces, no me amenaces / Cuando estés decidido a buscar otra vida / Pues agarra tu rumbo y vete / Pero no me amenaces, no me amenaces”.
Quien transite por la carretera a Las Palmas, a la salida de Medellín, puede ver una valla de la Alcaldía de la ciudad que dice “Medellín renacerá, espere la primavera”. La primavera venidera en la ciudad de la eterna primavera, es como algo incomprensible, pero de esta administración podemos esperar cualquier cosa. La tal valla me trae a la memoria lo que han sido las primaveras en otras latitudes del mundo.
La Primavera de Praga, en 1968, fue la primera y ejemplo para que en 1981 se produjera un paro de trabajadores de los puertos en Polonia. Rusia tilda de antirrevolucionarias algunas decisiones del gobernante Stanislaw Kania. El líder del movimiento y líder de los trabajadores, Lech Walesa, no se regía por el mandato ruso. Fueron 17 meses de la Primavera polaca. El 14 de agosto de 1980, comienza la huelga de los astilleros. El 15 se constituye el comité de huelga presidido por Walesa.
Previamente, el 8 de agosto, inician maniobras militares los integrantes del Pacto de Varsovia en la frontera de Polonia. Aquí tenemos el Pacto de Sao Paulo.
A principios de diciembre, tropas de las milicias atacan la sede de los bomberos en Varsovia y desalojan 350 cadetes. Primavera –Wiosna, en polaco– es un partido político social dirigido por el alcalde de Slupsk, Robert Biedron, para romper el dominio de los partidos. ¿Algún parecido?
La primavera árabe –otra Primavera antes de la de Medellín–, nace el 17 de diciembre del 2010, cuando un ventero ambulante se inmoló ante el desalojo que le hicieron y la pérdida de su mercancía. Esta fue la chispa del descontento que se produjo como efecto dominó y se trasmitió a diferentes países vecinos, donde varios mandatarios debieron dimitir. Este juego de las primaveras le costaron a los países árabes, que se dejaron contagiar, unos 800.000 millones de dólares.
El alcalde de Medellín nos anuncia la Primavera para la ciudad de la eterna primavera. Lo que no sabemos son sus intenciones que, supongo, no serán las mejores y más positivas para la ciudad. No sabemos con qué apoyos cuenta, aquí también tenemos el Foro de Sao Paulo. Tenemos los petros y sus leales amigos, tenemos los desmovilizados de la guerrilla con el apoyo de los que no se quisieron desmovilizar.
Yo me pregunto si debemos actuar, cuando todavía hay tiempo, o debemos esperar hasta cuando nos llegue la Primavera del alcalde Quintero, cuando haya acabado con las Empresas Públicas de Medellín, cuando desaparezca Ruta N, cuando haya que cerrar el Jardín Botánico, cuando haya golpeado de muerte las empresas importantes de la ciudad.
Ustedes, el pueblo y los dirigentes empresariales, tienen la palabra