viernes
0 y 6
0 y 6
Uno de los intelectuales más importantes del siglo XX fue Joseph Campbell. Campbell dedicó su carrera a estudiar los mitos de la humanidad. A través de sus investigaciones descubrió que los seres humanos tenemos la misma forma de estructurar las historias con que damos sentido a nuestra existencia.
El trabajo de Campbell tiene un mayor impacto en nuestras vidas del que quizás estemos conscientes. El mejor ejemplo es que su obra El héroe de las mil caras, donde estudia cómo distintas sociedades construyen la narrativa de sus héroes, fue el texto por el que se guió George Lucas cuando desarrolló La Guerra de las Galaxias. De allí en adelante esa estructura se utiliza en Hollywood para el desarrollo de la mayoría de las películas que los grandes estudios llevan a la pantalla.
Más allá de las consideraciones artísticas el hecho es que Campbell probó que nos enganchamos con las historias principalmente con base en su estructura. Lo hacemos una y otra vez. Sin darnos cuenta hasta que lo estudiamos. Saber que hay una fórmula es algo contra lo que luchan muchos escritores y ciertamente no es la única que existe, pero es muy común y funciona. Estamos rodeados de historias desde nuestra propia vida hasta la política.
Un trabajo menos conocido de Campbell pero igual de fascinante se llama Diosas. En él Campbell habla de cómo la humanidad ha reflejado en su mitología a la figura femenina y el impacto que eso tiene hoy en día en la dificultad de las mujeres para insertarse en un mundo que fue construido por hombres y para hombres.
El feminismo hoy en día se ha mezclado, y no creo que haya sido siempre de manera involuntaria, con la polarización política, cuando es más bien un tema de derechos civiles, de derechos humanos. Las mujeres han vivido siempre en enorme desventaja con respecto al hombre. Nada más pensemos que los hombres han votado desde la antigua Grecia, mientras que las mujeres obtuvieron plenos derechos de ciudadanía hace poco más de un siglo, en algunos países mucho menos y en otros todavía están lejos de ello.
Campbell expone cómo este es un problema que empieza por la identidad. La creación de los mitos fue hecha por el hombre y le dio a la mujer un rol unidimensional de madre y esposa. No construyó heroínas sino un ser cuyo poder estaba en su cuerpo, relegada a él. De su interesante estudio se desprende un tema fundamental hoy en día. Es que el feminismo no es la competencia de la mujer con el hombre. No es una guerra. Es más bien el camino para que un grupo de seres humanos desarrolle y encuentre su individualidad, del mismo modo que en un momento pueblos enteros se liberaron del despotismo, de la monarquía absoluta, del totalitarismo y se liberaron para convertirse en dueños de sus destinos. Pero el que no puede definirse, el que no sabe quién es, difícilmente puede encontrar un propósito en la vida y tomar las riendas de ella.