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Qué rico ser congresista

Hace un par de años el investigador Jorge Galindo hizo el ejercicio comparativo de ingresos de congresistas colombianos con los de varios países suramericanos y europeos; el resultado, tenemos a los legisladores más costosos del planeta.

05 de mayo de 2024
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  • Qué rico ser congresista
  • Qué rico ser congresista

Por Melquisedec Torres - @Melquisedec70

Tres cosas reflejan la enorme desigualdad de Colombia: la propiedad de la tierra, las pensiones y los salarios de los funcionarios del Estado. De estos últimos, los congresistas están en la cúspide, con pocas excepciones de algunos cargos diplomáticos y empresas estatales como Ecopetrol.

Los constituyentes de 1991 son los responsables del absurdo nivel salarial de nuestros legisladores: ese año su salario era equivalente a 14 salarios mínimos; hoy es de 37 y aumenta año a año la diferencia, como acaba de pasar. Pero si sumamos las demás gabelas de primas, vacaciones y cesantías, ese valor será de 49 salarios mínimos. Un congresista tiene, en promedio, un ingreso superior al 99,4% de todos los colombianos, esto es, cada uno de ellas y ellos es más rico en ingresos mensuales que casi todos los demás colombianos.

¿Y frente al resto del mundo? El ingreso promedio de un habitante de Estados Unidos es de $24 millones mensuales (PIB per cápita); el de un colombiano es de unos $2,2 millones, así que un colombiano gana 12 veces menos que un gringo. Pero atérrense: el congresista colombiano gana más que un senador federal de Estados Unidos; en cifras aproximadas, la cuenta del senador o representante colombiano recibe cada mes $63 millones más oficina, equipo de trabajo (UTL) que nos cuesta $100 millones mensuales, carro blindado (que pueden ser varios), escoltas y tiquetes aéreos. El senador estadounidense recibe anualmente 174.000 dólares, esto es más o menos 56 millones mes en pesos colombianos.

En Argentina hay un gran debate porque los diputados (congresistas) pretenden un mayor salario pues hoy reciben, en promedio, unos 8 millones de pesos colombianos; el presidente Milei gana 18 millones de pesos nuestros. Hace un par de años el investigador Jorge Galindo hizo el ejercicio comparativo de ingresos de congresistas colombianos con los de varios países suramericanos y europeos; el resultado, tenemos a los legisladores más costosos del planeta.

Pero el asunto pinta más oscuro cuando el país se entera de que las cabezas del poder legislativo, los mejor pagados del mundo, son denunciados por recibir sobornos de 1 millón de dólares de parte del gobierno. Lastimosamente nada nuevo bajo el sol; el salario nunca ha sido, para muchos de los mal llamados “padres de la patria”, el objetivo central de ser elegidos para una curul. Los impresionantes gastos de sus campañas, que pueden superar los $15.000 millones para cada uno de ellos en las listas abiertas, reflejan a las claras el verdadero propósito, que no es legislar ni hacer control político al gobierno sino el uso extorsionista, de tráfico de influencias y control de cargos y contratos en los otros dos poderes, el ejecutivo y judicial.

Al final de su período de cuatro años, un congresista recibe en sus cuentas entre $2.000 millones y $2.500 millones, descontando pagos de seguridad social e impuestos. ¿Cómo se justifica entonces que gastó en su campaña de elección mucho más que eso, y pese a ello, sale de su curul o permanece en ella con alto nivel de vida y nuevas propiedades?

Iván Name y Andrés Calle podrán contarle pronto a la Corte Suprema cuál es esa magia.

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