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Por Daniel Carvalho Mejía - @davalho
Juan David Valderrama es un tipo serio, franco, tal vez demasiado para una época en la que también en la política priman la pose, la sonrisa fingida y el like. Valderrama es un hombre que se ha preparado para ser alcalde de Medellín; cuenta con una larga experiencia en el sector público y, quienes han trabajado a su lado, destacan su carácter ejecutivo: no es una persona de discursos sino de acciones.
No menos importante es el recorrido de Valderrama en el sector privado, tema relevante en estos tiempos donde numerosos líderes políticos pretenden hacer pasar a los empresarios como los rivales a vencer y a las empresas como vacas a ordeñar indefinidamente. Es de señalar el hecho de que, si bien se destacó como uno de los principales opositores a Quintero, su campaña va más allá de un antiquinterismo primario, pues presenta propuestas maduras y de gran pertinencia para Medellín como un entorno empresarial sólido, un sistema fiscal justo y la creación de oportunidades para la juventud.
Su candidatura se encuentra en un momento interesante, pues tras un año de difíciles conversaciones entre varios candidatos alternativos y férreos opositores a Daniel Quintero, Valderrama logró el respaldo de otros dos buenos aspirantes: Daniel Duque y César Hernández. Ellos, dando ejemplo de desprendimiento y de espíritu de equipo, declinaron sus aspiraciones para apoyarlo. Esperamos que el candidato Luis Bernardo Vélez, quien durante meses hiciera parte de los mencionados diálogos, abra de nuevo las puertas a una conversación sensata alrededor de la posibilidad de una candidatura única, pues el momento político de Medellín lo reclama.
Dicen que Federico ya ganó y que no vale la pena esforzarse en ofrecer alternativas. No estoy de acuerdo. Muchos medellinenses no nos identificamos hoy con las dos opciones que puntean en las encuestas. No queremos el continuismo de la nefasta administración actual ni creemos que sea pertinente volver a un pasado reciente que dejó muchas dudas y que ahora se presenta como la única salvación posible. Como políticos siempre tendremos el deber de defender y representar unas ideas, una visión de sociedad, un camino a seguir. Estamos llamados a proponer opciones y hoy Valderrama representa una tercera opción que invito a apoyar.
Las estructuras políticas, su militancia, su visión de futuro y los documentos programáticos que las materializan deben ser construcciones de mediano y largo plazo, proyectos que se preparan con tiempo; no pueden ser comida rápida hecha en medio del afán de la coyuntura electoral. Los medellinenses ya probamos esa receta y aún no superamos la indigestión.
Necesitamos la unión de sectores alternativos alrededor de programas comunes representados en candidaturas serias a cargos como la alcaldía y el concejo, si queremos que nuestra ciudad tenga una gobernanza alejada del populismo, de los extremos y de los intereses particulares. Juan David Valderrama representa un paso en esa construcción; esperamos que este sea el primer paso para construir, finalmente, esa fuerza representativa del centro político que no hemos podido consolidar.